Crónica de una ejecución anunciada: Los problemas de la administración directa
Por: Álvaro Cubas, economista del Consejo Privado de Competitividad
PERÚ COMPETITIVIDAD
Se considera como una obra paralizada aquellas que se encuentran en ejecución física sin concluir y que no han reportado avance por seis meses o más. Así, al segundo trimestre del 2024, según el reporte de obras paralizadas, se observa que existen 2256 obras paralizadas a nivel nacional, lo que equivale a un incremento del 24% respecto al total registrado a junio del 2023. Por modalidad de ejecución, se observa que la modalidad de ejecución de administración directa concentra el 50% de estas obras (1122) con un incremento de 9% respecto a junio de 2023. En contraste, las obras ejecutadas por Obra por Impuestos (OxI) y Asociaciones Público-Privadas (APP) tienen la menor proporción de obras paralizadas.
Lo anterior es una constante que se observa en los proyectos que se realizan por administración directa. De hecho, estos proyectos también presentan faltas en plazos de ejecución. A junio de 2024, según la plataforma Data para la Acción, del total de proyectos activos con presupuesto y ejecutados por administración directa (13 314), el 20% de tienen retraso en la finalización del proyecto (2634), alcanzando un promedio de 300 días. Además, 1286 proyectos tienen más de 100 días de retraso. Este resultado es mayor a los del 2023.
En contraste, las obras ejecutadas por OxI destacan por su alta eficiencia en el cumplimiento de sus plazos. Al analizar el total de proyectos culminados que se ejecutaron vía OxI, se observa que el 73,6% de estos lograron una eficacia alta en su ejecución; es decir, ejecutaron dentro del plazo programado, lo que refleja una eficacia de los proyectos OxI en términos de cumplimiento de plazos previstos. Por nivel de gobierno, el porcentaje de proyectos con alta eficacia fue del 100% en el gobierno nacional, 63% en los gobiernos regionales y 74% en los gobiernos locales.
Los proyectos ejecutados por administración directa parecen condenados a repetir un patrón previsible de retrasos considerables y, en el peor de los casos, paralizaciones prolongadas. Con un retraso promedio de 300 días, estas obras muestran señales claras desde el inicio de que su finalización será compleja e incierta. En contraste, modalidades como las Obras por Impuestos (OxI) han demostrado ser significativamente más eficientes. Ante esta realidad, desde el CPC se considera imprescindible migrar hacia métodos de ejecución más eficientes, que no solo optimicen los recursos públicos, sino que también garanticen una entrega oportuna y de calidad.