GLOBALISMO CRIMINAL Y ANTIMPERIALISMO HUMANISTA
Por: Edgard Norberto “Beto” Lajo Paredes
El antimperialismo del siglo XXI, se sustenta en declarar una lucha enérgica y continental, contra males delincuenciales, sostenidos por mafias internacionales, quienes vienen imponiendo un globalismo criminal, en alianza con funcionarios corruptos y capitalistas corruptores, de los países desarrollados, usando como operadores a ONGs, marxistoides y/o fascistoides; para dominar a los países subdesarrollados o a las economías en desarrollo.
Este nuevo antimperialismo significa e implica luchar, organizada y ejecutando acciones concretas, viables y realistas: contra el narcotráfico que envenena a la sociedad; contra el terrorismo transnacional que destruye el Estado; contra la minería ilegal que exacerba la injusticia social; contra la tala ilegal que depreda la Amazonía; contra la trata de personas el acto más cruel e inhumano; contra el tráfico de armas que promueve la violencia; contra la pesca ilegal que saquea la riqueza ictiológica; contra el tráfico de lotes que establece mafias de acaparamiento; contra la codicia de las AFPs.
Estos problemas son continentales, deben ser combatidos, por los pueblos indoamericanos, con las premisas: NO QUITAR RIQUEZA AL QUE LA TIENE, SINO, CREAR RIQUEZA PARA EL QUE NO LA TIENE, sin permitir el saqueo de recursos ni la concentración de la riqueza en pocas manos, y previniendo la exclusión de la riqueza de muchos. La ONU debe establecer reglas globales claras, a fin de garantizar el disfrute de la riqueza del espacio y universo, para toda la humanidad, promoviendo la inversión privada con respeto de los ciudadanos, trabajadores, consumidores, tributos y ambiente.
Reconstruyamos la izquierda democrática indoamericana hayista, que propicie la igualdad ante la riqueza (que todos la disfruten equitativamente), como continuidad, de las acciones y, luchas hacia la justicia social, la misma empezó, cuando se planteó la Igualdad ante Dios, luego, la Igualdad ante la ley.
Esta izquierda democrática, se diferencia, tanto del neoliberalismo (somete al país, al pueblo y sociedad civil, a la economía y mercado), como del estatismo (somete al país, pueblo y sociedad civil, a la burocracia del Estado). Cuando lo que se trata es de poner al Estado y la economía, al servicio del país, pueblo y sociedad civil.