Por: Carlos Meneses

La renuncia del ministro del Interior es necesaria e inevitable. El señor Santiváñez debe irse y mejor es que renuncie.

Había sido advertido previamente, pero no hizo caso y las consecuencias están a la vista. El titular de la cartera encargada de cuidar de todos los peruanos tiene que irse, pues no se puede permitir los decires y acciones que siguieron al anuncio por él hecho de que había sido detenido el segundo hombre de Sendero Luminoso en el VRAEM.

No era cierto y la verdad es que la Policía lo indujo al error. Ocurre que el señor Juan José Santiváñez confundió las cosas y lo peor es que lo mismo hizo el íntegro del Ministerio del Interior que le proporcionó datos inexactos y lo hicieron quedar como un desinformado y además mentiroso.

Es posible que tanto el presidente del gabinete, Gustavo Adrianzén, como la jefa de Estado sigan sin querer separar al ministro que se equivocó en tan gran medida. El ciudadano afectado con detención indebida está dispuesto a iniciar acciones judiciales para defender sus derechos legítimos y la verdad de lo acontecido.

Así debe haber varios responsables que no pueden quedar sin castigo alguno por haber mentido al país entero, dando una información inexacta y que hizo posible que el presunto responsable dijera que al día siguiente iba a salir en libertad porque no era cierto lo que de él se dijo.

Comprendemos que el señor Santiváñez es un ministro muy apreciado por la presidenta y por el gabinete en general, pero no se puede dejar el hecho sin sanción. Por de pronto se ha ocultado de declarar y de hacer comentario sobre lo infelizmente ocurrido. El país espera una renuncia inmediatamente aceptada por parte de quien como gobierno no puede avalar la patinada que se ha cometido.