Por: Carlos Meneses

La seguridad de propios y extraños debe estar garantizada en la cita APEC. Todos los peruanos debemos contribuir al éxito de un certamen mundial como es la inauguración del puerto de Chancay.  

Ningún peruano sea empleado público o privado queda excluido de la responsabilidad que nos asiste a todos de dar seguridad a personajes como el presidente de China, Xi Jinping o del mandatario estadounidense, Joe Biden. No se han revelado detalles sobre la decisión del jefe de Estado de la República Popular China, se sabe que no estará en Chancay cuando se inaugure el puerto que ha costado USD 2400 millones a los inversionistas extranjeros.

En cuanto a Biden, al igual que en el caso del gobernante chino, se han abierto las fronteras nacionales para recibir a 1200 soldados debidamente pertrechados para dar seguridad a estos personajes políticos. Después de que miles de peruanos han pagado con su vida el incremento delincuencial que aflige a quienes sufren extorsión por parte de bandas que no solo son peruanas sino también extranjeras.

Por eso afirmamos, categóricamente, que nadie está libre de culpa en esta incómoda situación en la que han fracasado los sistemas de inteligencia, la Policía Nacional e incluso la Fuerza Armada para devolver tranquilidad a la Nación, a sus habitantes y a quienes nos distinguen con su asistencia en Chancay o en Lima.

Tenemos la seguridad que todos los peruanos colaboraremos en mantener pacífico el país, que no se alterará el orden público y que, finalmente, Chancay será una promesa realizada por el concurso de muchas voluntades que creen que nuestra tierra tiene derecho al desarrollo y al empleo.