Empleabilidad y educación
Por: Dra. Patricia Stuart
REFLEXIONES
La revolución digital ha transformado profundamente tanto el ámbito laboral como el educativo, no solo en el Perú, sino en todo el mundo. Hoy en día, los estudiantes ya no solo necesitan habilidades técnicas propias de su carrera. También requieren de las llamadas power skills, como el pensamiento crítico, la inteligencia emocional y la comunicación efectiva, que les permitirán enfrentar la complejidad de un entorno digital en constante evolución.
El Índice Global de Competitividad y Talento 2023, elaborado por el Instituto Europeo de Administración de Negocios (INSEAD) y el Descartes Institute for the Future, que mide la capacidad de los países para atraer y retener talento, revela que América Latina está rezagada frente a Europa. En esta región, Chile es el país mejor posicionado, ocupando el puesto 34 entre 134 países. Perú, en cambio, se encuentra en el puesto 82, y en términos de empleabilidad, alcanzó una puntuación de 44.38, lo que lo coloca en el lugar 110 del ranking.
Frente a este panorama, es fundamental que el sector educativo, junto con el Estado y las empresas, actúen de manera conjunta para preparar a los futuros profesionales. Las universidades deben ser ágiles y proactivas en el diseño de sus propuestas educativas, ya que la automatización y la digitalización están generando nuevas carreras y transformando muchas otras.
En este contexto, la tecnología se ha convertido en un elemento clave para mejorar la empleabilidad y potenciar el talento. A medida que las nuevas tendencias tecnológicas se integren en los planes de estudio y se fortalezcan los ecosistemas en los que Estado, academia y empresas trabajen de manera colaborativa, podremos crear un futuro lleno de oportunidades para nuestros jóvenes.
Por ello, las universidades deben asegurarse de que sus estudiantes adquieran competencias digitales y técnicas a través de experiencias prácticas. Un ejemplo de ello es la Universidad de Lima, que está incorporando el uso de la inteligencia artificial en todas sus carreras, además de capacitar a sus docentes y alumnos en su aplicación ética y en otros aspectos fundamentales.
En resumen, mejorar las competencias digitales de la fuerza laboral es esencial para reducir la brecha digital, que hoy amenaza millones de empleos. Estas habilidades no solo mejoran la empleabilidad, sino que también abren la puerta a mejores oportunidades salariales. Las universidades, tanto públicas como privadas, deben continuar adaptando sus programas académicos a las necesidades del mercado, formando profesionales capaces de adaptarse, pensar de manera crítica y ser creativos.
Así, estaremos contribuyendo a la construcción de una sociedad más equitativa y próspera para todos.