El índice de competitividad en la región Arequipa se mantiene estancado y no avizora nuevas expectativas de crecimiento. Según la economista y coordinadora de investigación en la Red de Estudios para el Desarrollo (Redes), Paola del Carpio Ponce, la deficiente gestión institucional de las entidades públicas es la mayor tara en la región.

Por: Dany La Torre

De acuerdo al último ranking nacional elaborado por el Instituto Peruano de Economía (IPE) en el año 2021, la región Arequipa ocupó el cuarto lugar a nivel nacional. Mientras que, durante el año 2018, ocupaba el segundo lugar. En este ordenamiento se consideró a los pilares del entorno económico, infraestructura, salud, educación, trabajo e institucional.

De este grupo, el pilar más afectado en la región Arequipa se acentuó en el ámbito institucional. El ranking sobre la competitividad en el pilar de instituciones situó a la región Arequipa en el último lugar (puesto 25) a nivel nacional. Mientras que, durante el año 2018, ocupaba el octavo lugar. Para medir este factor, se consideraron aspectos como la gestión pública bajo la óptica de la ejecución de la inversión pública y la percepción de la ciudadanía sobre la gestión del Gobierno Regional. Del mismo modo, se analizaron los indicadores de criminalidad, conflictividad social y la capacidad del sistema de justicia respecto a la resolución de expedientes judiciales.

DEFICIENTE GESTIÓN PÚBLICA

En este sentido, la economista, Paola del Carpio Ponce, consideró que uno de los temas más perjudiciales de Arequipa, es la baja ejecución de la inversión pública y la corrupción. “La verdad es que es bastante baja en comparación a otras regiones, al igual que Áncash son algunas de las más bajas a pesar de tener bastantes ingresos por canon, ahí hay muchos problemas de gestión asociados al Gobierno Regional de Arequipa y con ello se viene arrastrando el tema de instituciones cuya ejecución presupuestal ha superado por muy poquito el 50% en el 2021”, explicó.

La improvisación de algunas autoridades, así como la falta de una adecuada capacidad de gestión, dejan como saldo la paralización del desarrollo de Arequipa. En mayo de este año, la gerencia regional de Infraestructura del GRA, informó que existen alrededor de 24 obras paralizadas en la modalidad de contrata y administración directa. Los problemas técnicos y económicos de esa cartera de proyectos tuvieron como raíz la elaboración de su expediente técnico.

“Cuando tienes personas que no están seguras de lo que están haciendo, incluso si tuvieran buenas intenciones y no es que estén robando, pero que no están listos para el puesto, la sola falta de capacidad de gestión, ya es un freno enorme para que se dé la inversión pública, recordemos que esta inversión requiere estudios de calidad y muchas cosas que sin buenos técnicos no avanzan bien o se paralizan, hay sobrecosto, se pasan de tiempo, entra la Contraloría y nuevamente pierde el ciudadano”, detalló.

Pero la deficiente gestión pública no es la única “piedra en el zapato” para el desarrollo de Arequipa. Del Carpio sostuvo que, en los últimos años, el aumento de la corrupción ha venido campeando incontrolablemente en la región. Según el balance realizado por la Contraloría General de la República durante el año 2020, se estima que Arequipa perdió el 15.1% de su presupuesto ejecutado por temas de corrupción en conducta funcional, es decir, se perdieron alrededor de 900 millones de soles por culpa de la corrupción.

El panorama no es diferente a nivel nacional. La Contraloría también reportó que, durante los años 2019 y 2020, se perdieron S/.22 mil millones y S/.23 mil respectivamente. “En obras, por ejemplo, si uno parte de un estudio de pre inversión que no tiene calidad, a la hora de hacer el expediente técnico, no coincide con el presupuesto dado para la ingeniería de obra y ahí se da el aumento de presupuesto, ya depende del estudio de quien lo hace, si ese detalle de ingeniería no está bien hecho, a la hora de ejecutar la obra se va a dar cuenta que falta el dinero y se aumenta el presupuesto. Cuando entra la Contraloría e investiga, todo ese proceso se alarga y eso por la falta de capacidad”, agregó.

RIESGOS

Además de otros factores como la crisis económica que trajo consigo la pandemia de la Covid-19, la crisis institucional y la falta de confianza entre ciudadanos y autoridades frena el desarrollo regional. La especialista explicó que el crecimiento de Arequipa está por debajo de los niveles pre pandemia y todavía no ha logrado recuperarse.

Los sectores como el comercio, transporte, minería y agricultura se han visto perjudicados en los últimos años. Estos dos últimos son los más afectados por la falta de confianza en la inversión pública y privada (minería), así como por la deficiente gestión en prevención para la compra de fertilizantes (agricultura).

“A nivel de todo el Perú tenemos una tasa ralentizada de crecimiento, si quisiéramos alcanzar el nivel de vida que tuvo Chile en el año 2020, con la tasa que estamos avanzando ahorita, nos tomaría entre 26 y 30 años alcanzarlo. Eso no es un ritmo de avance aceptable y no podemos esperar a que el sector público avance solo, eso significa que necesitamos trabajar juntos”, resaltó.

CAMBIOS

Por otro lado, Del Carpio aclara que la única alternativa de cambio para la región, recae en el voto   responsable e informado. Consideró que debido a la cercanía de las elecciones Regionales y Municipales 2022, la ciudadanía debe atender y analizar las propuestas de los candidatos regionales, principalmente, en materia económica.

“El ciudadano tiene que saber las cosas que se le puede y no se les puede prometer. En muchos casos nos dejamos llevar por promesas que finalmente no son funciones de nuestras autoridades, que finalmente y lamentablemente muchas veces hubo en Lima frases desafortunadas como «Roba, pero hace obras» para elegir a una autoridad que, si tiene algo de corrupción, no importa porque hace obras, pero al final esa corrupción termina significando obras de mala calidad, que pudieron llegar mejor y termina perjudicando al ciudadano”, dijo.