Por: Carlos Meneses

La distinción del Ecuador a González-Olaechea prestigia al gobierno de Boluarte y a la posición peruana frente a la dictadura de Maduro, a la que el gobierno peruano persiste en no reconocer como triunfador en las elecciones del 28 de julio.

Quien fue ministro de Relaciones Exteriores del Perú, Javier González-Olaechea dio una lección a América y al mundo cuando producido el fraude electoral en Venezuela, llamó la atención de los países latinoamericanos que se abstuvieron de censurar la actitud del dictador de Caracas que impuso para su país un resultado que no es por el que había votado la ciudadanía.

La posición del canciller González-Olaechea no fue bien vista por el régimen de Dina Boluarte y él tuvo de retirarse renunciando al gabinete y siendo remplazado por quien, lejos de mantener la línea honesta de González-Olaechea, optó por algo que felizmente ahora el mismo gobierno de la mandataria ha enmendado.

González-Olaechea será la propuesta presidencial que para el 2026 presentará el Partido Popular Cristiano (PPC) en reconocimiento a sus virtudes y a su entereza. Él presidirá una fórmula de consenso para el próximo proceso y es de esperar que buen número de votos lo favorezca en el empeño que bien merece recibir y respaldar la defensa de la democracia en América.     

Así como criticamos con frecuencia las decisiones del desaprobado gobierno de la mandataria Dina Boluarte, también tenemos que ponderar los contados aciertos que como en el caso de González-Olaechea ha tenido el actual régimen. En este afán de justicia- para lo poco bueno que hemos recibido de los últimos gobiernos- tenemos que elogiar la actitud de Ecuador que ha condecorado a nuestro excanciller reconociendo sus méritos, su valentía y su defensa de la democracia.