Por: Roxana Ortiz A.

El próximo 28 de diciembre, el premier Aníbal Torres Vásquez cumple 80 años de edad y aunque aún su carta de renuncia no ha sido aceptada, ha señalado que lo que quiere es volver a las aulas universitarias como docente. Si ayer no se publicaba la norma eliminando los límites de edad para ser catedrático, su sueño no se habría hecho realidad.

Según los politólogos, esta norma ha sido hecha específicamente para él o a su pedido, pues es uno de los beneficiados; sin embargo, el permitir que personas mayores a los 80 años de edad sigan enseñando en las universidades es perjudicial para los estudiantes.

Jorge Cáceres Arce, docente de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica de Santa María, señala que el haber levantado la valla de la edad para enseñar es un error, una abierta violación a la autonomía académica, porque no renovar los cuadros universitarios no es bueno.

“Es importante oxigenar las mentes, oxigenar el intelecto, ir renovando las generaciones intelectuales y académicas. Francisco Miró Quesada, docente de la San Marcos señala que los intereses personales del docente, no pueden secuestrar los intereses de los estudiantes y en este caso, de ninguna manera es bueno tener docentes que pasen de los 80 años, salvo honrosas excepciones”, añadió.

Ahora que se ha aprobado la norma, especialmente en las universidades públicas, todos aquellos que han sido cesados por mayoría de edad, van a comenzar a regresar y desplazar a los docentes jóvenes con maestrías y doctorados, capacitados en el uso de las tecnologías que una persona mayor no lo tiene, porque va a pedir no solo que se les devuelva las horas que dictaban, sino también los cursos que llevaban.

Hay muchos profesionales mayores que van a jubilarse de los hospitales, del Poder Judicial y de otras instituciones y se podrán presentar a los concursos de contratación de docentes y obviamente que van a ganarles a los jóvenes con maestrías y doctorados, solo por la experiencia en los años trabajados y los que van a perder con eso, son los universitarios.

Con esta norma, que al parecer tiene nombre propio, no se cautela el interés de un joven estudiante, quien tiene derecho a tener un docente capacitado, con experiencia; pero que también domine las nuevas tecnologías, adiestrados en el uso de herramientas digitales, más aún cuando se está ingresando cada vez más al uso de las plataformas virtuales, añadió Cáceres.

Esta ley que modifica el artículo 84 de la Ley Universitaria 30220, fue presentada y sustentada por el congresista arequipeño Esdras Medina Minaya y ayer fue publicada. Anteriormente la edad límite para la enseñanza era los 75 años de edad. Los docentes que pasaban el límite, eran invitados para la enseñanza de cursos especiales.