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Ríos enfermos, el peor año para el camarón en Arequipa
Autoridades han permitido que la contaminación mate poco a poco nuestros crustáceos.
Por: Danna Felipe B.
En 2025, el camarón arequipeño no ha sobresalido. Está caro y no gusta. Su calidad y sabor han dejado mucho que desear a cualquier paladar, esto se debe a la incontrolable contaminación.
Ha reducido su presencia en los principales ríos de la región. Eso ha golpeado fuertemente a quienes se ganan la vida pescando el crustáceo. Muchos se han visto obligados a trabajar en otro sector. Y aquellas que hacen maravillas en la cocina también lo están haciendo para conseguir un producto que esté a la altura de sus comensales. Definitivamente, es el peor año. Los ríos están enfermos.
RÍO TAMBO
La coloración atípica que presenta constantemente el río Tambo ha impactado tristemente a los pescadores de Cocachacra, distrito de la provincia de Islay. Muchos han dejado las aguas del río. Ahora se observa menos de 10 personas en las aguas, cuando antes eran el cuádruple.
Afectaciones son por la minería irresponsable.
“Ha disminuido la extracción de camarón. Solamente tengo en el campo unas 7 personas. Éramos 30, por el coloramiento. Entonces, la gente ha optado por buscarse otro tipo de trabajo. Los pocos señores que están laborando están sacando un kilo y medio, 2 kilos. Están subsistiendo nomás. Es el peor año de pesca”, lamentó Dante Suri Flores, presidente de la Asociación de Pescadores Artesanales Camaroneros y Defensores de la Fauna del Río Tambo-Base Cocachacra.
Asimismo, nos confía que le duele ver a su querido río Tambo así de enfermo. Lamentablemente, no sabe si algún día se recuperará y volverá a tener la abundancia de grandes, verdes y ricos camarones que gustaban a todos. Aparte de que hay escasez, pasa que la suciedad no permite a los pescadores artesanales ver bajo el agua. En el distrito prefieren pescar buceando con luz.
Todo esto principalmente a consecuencia de la minería irresponsable y la falta de fiscalización.
El problema no es reciente. El año pasado, el color irregular del río Tambo encendió las alarmas a nivel nacional, y sin muchas vueltas, se responsabiliza principalmente a la mina Aruntani por la presencia de metales pesados en él. La contaminación proviene de la región Moquegua.
Suri Flores afirma que fue la presión del pueblo la que trajo la intervención de las autoridades competentes. “El Gobierno Regional de Arequipa está en nada. La presión ha sido más que todo por el pueblo. Incluso nosotros hemos ido a la misma mina (Aruntani). El agua en sí sale roja, color sangre, porque tiene bastante acumulación de hierro y, al juntarse con la otra agua en Titire, se vuelve amarillo”. Informa que la situación ha cambiado, sin embargo, revertir los estragos es difícil y espera que no sea imposible.
Hace falta mayor control en la pesca artesanal.
RÍO CAMANÁ Y MAJES
En las provincias de Camaná y Majes, el presidente del Frente de Defensa de Pescadores Artesanales del río Camaná y Majes, José Zúniga Zúniga, lamentó informar que algunas obras del GRA han tenido un efecto devastador. Ha sido una matanza. No obstante, tampoco han evitado hacer un mea culpa. Confiaron en el óptimo actuar de las autoridades regionales.
“En el valle, soy claro en decirle que no es el peor año por cuestión de la naturaleza, sino que el año pasado ya teníamos problemas con el déficit de camarones, porque nosotros hemos permitido que se empiece la carretera Ayo-Andamayo sin que cuente con los documentos técnicos correspondientes, y los diques de igual manera”, puntualizó.
Zúniga ejemplifica que en julio del año pasado se inició la construcción de un dique enrocado de más de 4 mil metros en el distrito de Huancarqui, provincia de Castilla. El objetivo ha sido proteger 250 hectáreas de cultivo del desborde del río Majes durante la temporada de lluvias. Sin embargo, nuestro entrevistado explicó que, para su ejecución, el río fue desviado incorrectamente.
“Se debió hacer paulatinamente. Los camarones han seguido el curso habitual, no el nuevo, porque este no tiene las características de su hábitat. Entonces, quedaron en pozas cuya agua se calentó y los animales poco a poco dejaron de respirar hasta que murieron”, manifestó.
Asimismo, lamentan no haber podido hacer más cuando encontraron una gran cantidad de isangas (trampas artesanales) en plena veda. Creyeron que con reportarlo a la PNP era suficiente. Esto, sumado a otras intervenciones humanas, ha sido trágico, pues por más que han resembrado, la situación es extremadamente preocupante.
“Nosotros exigimos que se proteja y se declare en emergencia el sector pesquero, porque es el Estado el que autorizó la ejecución de estos proyectos sin medir consecuencias. Segundo, al Estado le pagamos 74.70 soles para pescar. Entonces, le exigimos que haga un repoblamiento general y que, cada vez que antes de iniciar obras, nos comuniquen, que tengan todos los documentos técnicos, como el impacto ambiental”, finalizó por su parte.
NO SOBRESALE POR SU SABOR
En la actualidad, para preparar platos a base de camarón, uno debe hacer maravillas para conseguir un animal sano o apoyarse en el sabor de otros productos hidrobiológicos. De lo contrario, le resultará un plato que ni usted mismo acabará. Eso es lo que afirman dos reconocidas maestras picanteras de nuestra ciudad.
Picanteras señalan que antes el camarón era dulce, rico y limpio.
“Antes el camarón era dulce. Rico, limpio, bien verde. Rico, el sabor era totalmente diferente. Las hembras y los machos. Las hembras gorditas. Los machos con buenas colas, entonces cuando uno hacía un chupe era muy, muy diferente”, aseguró Marlene Mendoza Chambi, de la picantería Las 8 Tinajas.
Por su parte, Lupe Salas Llerena, de la picantería Huaylla, aseguró: “Ya no es el camarón de antes, el color, el sabor. Antes era uno verdecito. Ahora es un color pálido y, de verdad, que no tiene sabor. El río está contaminado, está enfermo. No hay mucho camarón. El precio está carísimo y no hay calidad. Es muy pequeño. El camarón de antes tenía un saborcito rico, especial. Eso no hay ahora».