La diversidad de los eventos El Niño y La Niña
Por: Ken Takahashi – Investigador científico del IGP

El fenómeno que conocemos como El Niño se identificó en el Perú a finales del siglo XIX a raíz del evento climático de 1891, en el que la corriente fría de Humboldt fue reemplazada por una corriente cálida del norte y el clima de la costa se tornó tan “tropical” como se esperaría en un país tan cercano a la línea ecuatorial, es decir, con alta temperatura, humedad y fuertes lluvias, lo que resultó en inundaciones y otros desastres asociados.

De acuerdo con los marinos de Paita, esa sería la “corriente del Niño” (Jesús), ya que se presenta normalmente después de la Navidad, lo cual explica el porqué del nombre con el que se conoce ahora al fenómeno.

Los eventos El Niño de 1983 y 1998 fueron los más extremos registrados si consideramos sus impactos a escala nacional, particularmente producidos por las lluvias en la costa. Actualmente, la comunidad científica internacional cree entender bien estos eventos como la manifestación del fenómeno conocido como El Niño-Oscilación Sur o ENOS, que consiste en el trabajo colaborativo de gran escala entre los vientos y las corrientes en el océano Pacífico tropical, que desplaza las aguas calientes entre el oeste y el este, entre Oceanía y nuestra costa. Dado que las interacciones de ENOS tienen lugar con relativa lentitud, si sabemos el comportamiento del océano y la atmósfera ahora, podemos hacer predicciones para varios meses en el futuro.

Por otro lado, el reciente evento El Niño en el 2017 tuvo un origen mucho más local: la corriente fue impulsada por los vientos del norte a lo largo de la costa y todo el proceso tomó solo unas dos semanas, mucho más rápido e impredecible que en el caso del ENOS. Debido a que los científicos en el resto del mundo solo conocían el paradigma ENOS, no reconocieron este evento como El Niño, mientras que la Comisión Multisectorial encargada del Estudio Nacional del Fenómeno El Niño (Enfen), como entidad autorizada en el Perú, la identificó como El Niño Costero debido al calentamiento de la costa. Ante esta aparente discrepancia, ahora se conoce al evento como El Niño del 2017, mientras que los de 1891 y 1925 como El Niño Costero, ¡a pesar de que el evento de 1891 fue el que dio origen al concepto de El Niño! En la actualidad, la predicción de estos eventos con mayor tiempo de anticipación es un desafío científico de gran importancia para nuestro país.

Ahora continúa la presencia de La Niña en la costa, lo cual explica que este invierno sea particularmente frío. Cabe notar que los científicos internacionales bautizaron así a la fase fría de ENOS en los años 1980 como contraparte a El Niño, evidentemente desconociendo el origen de este término. Según la Comisión Enfen, La Niña nos acompañará en nuestro mar hasta octubre. En el IGP seguimos haciendo ‘Ciencia para protegernos, ciencia para avanzar’.

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