ALEJANDRO, SU COMETA Y DIOS
Por: Dr. Juan Manuel Zevallos.
“Alejandro, la gente no es mala, lo que sucede es que la gente, los seres humanos que habitan en este hermoso planeta llamado Tierra, han olvidado “elegir la mejor opción”. Viven confusos, obnubilados por la riqueza, por el poder, por la gloria, por el trabajo, por la obligación de “ser alguien”. Viven apurados, no ven ni sienten su interior, su vida no es importante, la vida ha pasado a ser un bien a comerciar y el planeta, esta bella creación, ha pasado a ser un lugar de destrucción”.
“Pero la gente no es mala, ¡yo no he creado a nadie malo!, sólo quiero decirte que están equivocados, están mal encaminados y desorientados, tienen una escala de valoración de la vida, errada”.
Y tú dirás, por qué no les enseñas la luz, por qué no les enseñas a ser buenos. “Les he mandado “mil y un mensajes y mil y un mensajeros más, con cientos y millares de mensajes de nobleza, de cariño, de ternura, de amor, de comprensión, de entrega infinita; les he mandado a mí mismo hijo y ya ves, aun no pueden entender”. Y tal vez tú dirás, “por qué no los obligas o los conviertes en buenas personas”. “Si hiciera eso tendría que quitarles la libertad y si se las quito perderían la esencia de ser humanos. Y si a uno le quito su libertad tendría que quitarles la libertad a todos”.
Y tú dirás, “pero el mundo sería mejor si todos siempre tomáramos la mejor elección y todos fuésemos buenos”. “Alejandro, la vida sin libertad no es vida, un ser vivo sin libertad muere; la libertad da vida y yo les he regalo esa bien precioso llamado vida y con ustedes se va a quedar”.
Además, quiero decirte, “como puedes decir que alguien es malo y alguien es bueno”; quizá me dirás porque así lo siento. “Quizá hoy día alguien por muchas cosas se equivocó y por eso lo etiquetaste como malo, pero quizá durante mil días no se equivoque y será bueno y si así son las cosas no puedes decir que sea malo. Cada ser humano hijo mío, se equivoca en mayor o en menor magnitud y en virtud de ello puedes dañar, pero todos tiene la libertad y la oportunidad de no volverse a equivocar y cambiar su historia y ser agentes de bien; todos tienen la oportunidad un día de reencontrarse con su alma y valorar su vida y valorar la vida de los demás”.
Tú arriesgadamente dirás, “pero hay gente mala por convicción, mata porque quiere matar, no se equivocan inconscientemente, esos si son malos, hay que eliminarlos, no debieran existir”; y yo te digo, “esas personas nacieron buenas como nacen todos, risueños, llenos de esperanza, con la esencia de la vida en la mirada, con sonrisa y con fe completa, pero esos niños que envié así al mundo, como envío a todos, fueron envenados por el mundo que les tocó vivir, alguien permitió que su mente se llenara de basura, de violencia, de desengaño, de frustración, de ira, de soberbia, de ingratitud, de tristeza, de vanidad, de melancolía, de ansiedad y de muchas cosas más y empezaron a destruir; yo los miro y espero que cambien, yo tengo la esperanza que lo harán aún en el último momento de su existencia, por qué aunque muchos de ellos renieguen de Dios, cuando uno está por perder su vida, siempre vuelve a mí para pedir perdón y agradece por su vida”.
“Yo tengo fe en ellos y espero que tú los puedas comprender, espero que no juzgues a la gente que te rodea, no etiquetes a la gente como buena o mala; hoy tu mejor amigo te puede fallar y no por eso es malo; hoy alguien con su mente confundida puede hacer un bien y no por eso su mente se ha aclarado; no mires la paja en el ojo ajeno sin antes darte cuenta de la viga que tienes en tus ojos; tu formación ha llenado tu mente de errores y tu corazón lleno de esperanzas lo está corrigiendo con la verdad del alma. Nunca cambies Alejandro, se tú mismo y de ese modo ayudarás a las personas del mundo que te rodea a que sean auténticas, a que reconozcan sus imperfecciones adquiridas por su paso en la vida y a que corrijan sus pasos con el fin de que renazca la esperanza y el amor en cada uno de sus actos”.
“Alejandro, la vida es maravillosa y el regalo más grande que puedes hacer al mundo es sonreír, regala sonrisas, si toda la gente del mundo supiera que regalando sonrisas tendría menos miseria, menos dolor y más esperanza cambiarían pero ya ves, la gente está confundida, muchos de los filósofos comentan que están dormidos en vida; pero aun así te encomiendo una misión, regala sonrisas y alegría en cada acto que lleves a cabo y cuando te sientas confundido en el camino de la vida ¡sonríe!, cuando una adversidad llene tus ojos de lágrimas ¡sonríe!, cuando todo el mundo quiera destruirte ¡sonríe!; porqué yo estaré en cada sonrisa tuya para ayudar a toda aquella gente a la que tu sonrías”.
“A muchos de mis hijos les he dado tareas complicadas en el mundo, a ti te doy la más complicada de todas y confió en ti”.
“Y, ¿qué vas a ser de grande?, una pregunta complicada para el común de los niños. Una respuesta simple para el alma infantil que llevas en el interior: Serás una persona de bien, serás un adulto que vuelva sus sueños en realidad. Eso es lo que vas a ser de grande. Pero no te preocupes ahora por ello; vive tu niñez, juega, diviértete, haz travesuras y acurrúcate en el vientre de mamá, siente sus caricias y vuelve a reír y a jugar. Sueña mucho. Tus sueños de hoy serán tu realidad de mañana. Cuando el tronco de un árbol crece recto hacia la luz sólo puede ser un árbol de luz y tú, de grande, Alejandro, tú serás un hombre de luz. Confía, ten fe, cultiva tus actos nobles, comparte tus alegrías con tu familia y tus amigos y nunca dejes de sonreír”.
“Recuerda, un día yo te envié a la tierra, porque tú querías ir a la tierra, querías tener un cuerpo y una mente acompañando a tu alma. Escogiste de todos los padres existentes a aquellos que ahora acurrucan tus sueños; tú los elegiste para encaminar tus pasos, los escogiste por sus virtudes y en especial por sus defectos; por qué tu presencia les enseñaría el valor de la vida y los ayudarías a corregir sus imperfecciones. Los elegiste para aprender de ellos a equivocarte y para encontrar la verdad muchas veces ausente en sus vidas. Tú los escogiste y siéntete feliz por tenerlos a tu lado”.
“Quiero recordarte también que no sólo tienes un ángel de la guarda, tienes muchos ángeles acompañándote en el camino de la vida, ellos están junto a ti, te protegen, te cuidan, besan tu frente, tratan de enderezar las elecciones de tu mente cuando no eliges la mejor opción y están ahí también cuando logras tus metas, cuando ríes, cuando brillas como el sol y cuando me dices, “gracias Dios por la vida”. Quiero decirte que tu hermana también es un ángel que te acompaña, que esa niña está ahí muchos años antes de que tu nacieras para guiar tus pasos, para aconsejarte, para recordarte aquello que a veces olvidas. Recuerda, ella está ahí para recordarte lo que es la magia de la vida, lo que es una alegría, lo que es la algarabía y lo que es estar acompañado”.
“¿Cómo es el cielo? Es si así lo quieres interpretar como un inmenso jardín donde hay paz, donde no hay final, donde el tiempo no existe y donde todas las familias espirituales se encuentran. El cielo es luz, luz blanca y de todos los colores a la vez. Pero sabes algo, el cielo no está en el cielo, no está en el espacio sideral, el cielo está en tu interior, está en esa alma bendita que ilumina todo a tu alrededor cuando actúas con bondad. El cielo eres tú cuando se encuentran en comunión tu cuerpo físico, tus pensamientos constructivos, tus sentimientos nobles, tu instinto de vida y tu alma de bienestar. Y hay algo más, a veces el cielo sale de tu interior y se manifiesta en cada una de las cosas nobles que haces”.
Alejandro, tu carta preciosa llevó mi mirada a tu planeta azul y a tu casa. Ya te he explicado muchas cosas y se aquellas dudas que hoy no te he contestado, mañana te las contestaré con la garúa de la mañana, con el soplo del viento de la playa o con la lluvia cristalina de las nubes. Pero quiero decirte algo más, quiero que les digas a papá y a mamá:
“El verdadero padre regala a sus hijos su historia, su experiencia, sus lágrimas y su tiempo. Es aquel cultiva en sus hijos la seguridad, el liderazgo, la creatividad, la reflexión, el coraje y el optimismo. Es el que fomenta en sus hijos el respeto por la vida, la conciencia crítica, la capacidad de pensar antes de reaccionar, la fidelidad y la honestidad. El verdadero padre contribuye a desarrollar en sus hijos la solidaridad, el compañerismo, el placer de vivir, el optimismo, la inteligencia interpersonal y la capacidad de superar los obstáculos”.
“Alejandro, tu cometa está en mis manos y con ella pintaré los crepúsculos cada tarde antes de anochecer. Recuerda: tus cartas siempre tendrán una respuesta, tus pedidos siempre serán escuchados, solo debes tener paciencia y buena voluntad. Yo escucho a todos mis hijos y ellos me pueden escuchar, “si así lo desean”. Nunca olvides, “toda respuesta de amor siempre será mi respuesta por qué yo soy la vida, la paz, la esperanza y la fe”.
