La crisis moral y estructural de EsSalud Arequipa

Por: Carlos Meneses

Arequipa no puede seguir siendo escenario de tragedias evitables. Cada error, cada demora, cada omisión tiene rostro y nombre: son familias que sufren, vidas que se ponen en riesgo. Es momento de que EsSalud mire de frente su responsabilidad y emprenda una reforma profunda, porque lo que hoy está en juego no es solo la eficiencia de un sistema, sino la dignidad misma de la salud pública.

En las últimas semanas, EsSalud Arequipa se ha visto envuelta en una cadena de hechos lamentables que han confirmado la grave crisis que atraviesa el sistema de salud pública en la región. Casos como el cambio de bebés en el hospital Carlos Alberto Seguín Escobedo, la caída de una recién nacida que terminó con una fractura de cráneo, las denuncias por mala atención, la falta de medicamentos y la suspensión constante de operaciones por deficiencias logísticas no son simples incidentes aislados. Son síntomas de un sistema enfermo, que ha perdido su rumbo y su sentido más elemental: cuidar la vida y la dignidad de las personas.

El colapso de EsSalud no es nuevo. Los asegurados llevan años enfrentando largas colas, demoras en citas médicas, falta de especialistas y una infraestructura hospitalaria insuficiente. Sin embargo, los recientes hechos muestran que el problema ya no es solo estructural, sino también moral. Cuando se confunde la identidad de un recién nacido o se deja caer a una bebé por descuido, estamos ante una falla humana profunda, derivada de la sobrecarga laboral, la falta de control, la deshumanización del trabajo sanitario y la indiferencia institucional.

Es inaceptable que un hospital de referencia regional funcione con áreas hacinadas, quirófanos cerrados, equipos inoperativos y médicos que, pese a su esfuerzo, trabajan en condiciones que rozan lo inhumano. El propio personal de salud ha denunciado que no hay los recursos suficientes ni las condiciones para brindar una atención segura. Y mientras tanto, los asegurados continúan pagando puntualmente sus aportes, sin recibir a cambio un servicio digno.

La dirección de EsSalud Arequipa y a nivel nacional no pueden seguir respondiendo con comunicados tibios o promesas de investigación. Lo que se requiere es una intervención seria, con medidas concretas: mejorar la gestión, garantizar la transparencia en los procesos administrativos, reforzar la supervisión en áreas críticas como neonatología, abastecer de medicamentos y equipos esenciales, y, sobre todo, reconstruir la confianza perdida con los pacientes.

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