El arte digital es frío
Por: Martín Alejandro Navarro
Entrevistamos al maestro Raúl García Ambor, destacado pintor realista local, ganador de importantes premios nacionales, entre ellos el John Constable. Nuestro propósito era conocer su opinión sobre el mundo del llamado Arte Contemporáneo.
¿Qué piensa de las subastas millonarias de obras de arte contemporáneo?
Que yo sepa hay dos grandes galerías de subastas: Sotheby y Christie’s, en EEUU e Inglaterra. Subastaron por ejemplo obras de Van Gogh. En los años 80 un autorretrato suyo valía 80 millones de dólares, fue comprado por un banquero que lo guardó y no lo expuso. Lo compró como inversión, no porque le gustara. Si usted compra esto más adelante no valdrá un millón sino diez. Entonces me compro esa obra, la guardo y la saco dentro de diez o quince años, pensando en la inversión.
Es que las obras de arte, que yo sepa, no pagan impuestos. De esa manera se suele invertir. “El jugador de cartas” de Paul Cezanne se vendió ocho años después, ya no en 80 sino en 220 millones. Dicen que vale más una obra de un artista muerto que de uno vivo. No siempre, claro. Tenemos a Dalí o Picasso que vendieron bien en su momento. El último vivía en un castillo.
Pero más específicamente, respecto a las obras de arte contemporáneo, ¿cuál sería su punto de vista?
A veces hay locuras, como el caso del “Museo de lo Invisible”. Todos los elementos que se exponen no se ven; y se llegó a vender “el aire” de un balón. Lo compraron en 15 o 20 mil dólares. Locuras que hay en el mundo. En otra exposición se presentaron heces enlatadas con el titulo de “La mierda del artista”. El que compra, compra; ni modo, le gustará, o le convenció el concepto que maneja. Qué más puedo decir. Cada uno tiene una forma de ver la realidad distinta y, claro, un artista mira de una manera y a alguien eso le parece atractivo, y lo compra.
¿Cree que algún día nuestra región tenga un público consistente aficionado al arte contemporáneo?
Yo creo que sí. El arte va en progresión y la apreciación del público también va ajustada a la circunstancia. Si hablamos de la música: has escuchado el tipo de música que le gusta a los jóvenes de ahora. Particularmente muchas de esas canciones no me agradan. Qué vendrá más adelante, no lo se. Porque al menos a mí me agradan géneros diversos. Es parte de la realidad en que vivimos; entonces siempre habrá personas que les interese y que hagan ese género de arte.
¿Entonces hay que hacer un tipo de arte que los distraiga?
Si, pero también hay que entender que los conceptos y criterios cambian.
Lo que hubo hace 20 o 30 años atrás es diferente, los chicos ya no se comportan como hace 30 años. Las generaciones cambian. Por ejemplo la generación actual, la Generación de Cristal, que parece que se van a romper. Y de alguna forma es verdad, como profesor veo a los alumnos; siendo un tanto vertical en las situaciones de trabajar, los alumnos me sienten diferente. Cosa muy diferente era antes.
Es la época del facilismo: hay una tarea que hay que resolver rápido y ya está. No se dan un tiempo para mejorar. Si uno se pone a ver “Las Meninas” de Velásquez, un cuadro inmenso que tuve la ocasión de ver. Ahora, digo, quien hace no igual, ¿quién supera eso? Pero yo me cuestiono; ahora no hay algo así, que me llame la atención, que me absorba, que me convenza. No sé qué pasará más adelante.
¿Cuál ha sido su propuesta más vanguardista?
El Pop Urbano. Trabajé bastante en ello un periodo, utilicé recursos diversos, texturas diversas, elementos como el papel, cartones, para poder manifestarme; y después la otra etapa, los periódicos, le da a la obra una característica muy personal. No significa yo que sea el único, porque no hay nada nuevo bajo el cielo. Siempre hay referentes que te ayudan, pero al final de cuentas cuando tú te manifiestas y manipulas de manera muy personal tu obra, eso te identifica. Eso precisamente considero que son las propuestas que voy haciendo.
Siempre me ha gustado lo figurativo, pero nunca me ha gustado fijarme o ceñirme o estancarme en una sola cosa. Trato de buscar qué más puedo hacer. No soy la persona que solo hace figura humana, durante en un tiempo agarro la figura y la combino con otras formas o con bodegones. Una vez me preguntaron cuál es tu tema principal. Este es mi tema principal: el variopinto mundo que tengo, aunque todas mis imágenes son figurativas juego con las formas; hago un tanto surrealismo, paisajes o retratos.
¿Le gustaría recibir financiación pública para realizar obras de tipo contemporáneo?
Definitivamente yo creo que todas las personas que hacemos arte quisiéramos eso, pero en la realidad donde estamos viviendo más son los temas políticos. No hay pues ese financiamiento que posiblemente el Ministerio de Cultura nos podría ofrecer para ejecutar todo ese contexto contemporáneo.
Creo que las personas que hacemos arte lo hacemos porque queremos, con un financiamiento netamente personal, no recibimos nada de nadie, lo hacemos porque queremos hacerlo, porque queremos desarrollarnos.
Porque todo esto cuesta, ¿una cartulina cuánto te cuesta? Es una cartulina especial y hay varios tipos, un pliego de cartulina a 30 soles: en 10 ya son 300 soles. Y los pigmentos, hay calidades hay diversas. Luego, pinceles. Todas las herramientas que se necesitan son una inversión. Pienso que de todas maneras para seguir en esto uno debe estar impregnado de su espíritu, quererlo hacer.
¿Y le han solicitado obras de arte bajo algún termino en específico?
La mayoría de mis encargos son retratos, porque siempre hay algo de Narciso en las personas. Y de repente me solicitan paisajes o un bodegón. No suelo repetir los trabajos tampoco. Considero que la reproducción en masa es más una artesanía, normalmente las obras de arte son únicas.
¿Referente a la tecnología digital, cómo cree que le afecte?
Definitivamente va a afectarme. No sabremos hacia dónde ira el arte.
Hoy en día veo zombis en la calle con los celulares. Seguramente más adelante va a influir. Ya se hacía algo parecido como el video art. Utilizaban pantallas y monitores para aplicar diversos conceptos de arte.
Definitivamente, las personas que habiten el mundo dentro de 10, 15 o 20 años y los niños que nazcan hasta entonces ya mirarán de otra manera, no verán el arte como lo vemos ahora.
La tecnología está interviniendo e intervendrá más. Y se genera una adicción con estas herramientas y finalmente también formarán parte de la nueva estética, ya que el arte utiliza todos los medios que pueda tener a su alcance.
No creo que se deje de lado el resto, la forma tradicional la pintura en caballete puede perdurar, porque es una ejecución donde sientes lo que tocas, el color lo modificas en el momento.
¿Podrá haber arte en un Universo Virtual?
Se dice que toda obra de arte está hecha de forma consciente, hecha por el hombre, modificada y manipulada por el humano; pero en este futuro el arte se vuelve más frio, porque en este tiempo se hacen imágenes digitales con diferentes herramientas digitales, pero dónde está tu esencia
Agarro el programa y otro lo hace también; y hacemos casi lo mismo, con ligera diferencia tal vez; pero ¿dónde está tu expresión personal? Esa es la gran pregunta que me hago, porque al final se va a simplificar la forma ya que el programa te lo manda así. Mientras que en el mundo real tengo mi propio cerebro y manipulo y pienso de una manera diferente a los demás.
Siento que la humanidad va hacia eso, hacia una forma de frialdad medio robotizada.