Por: Roxana Ortiz A.

El 8 de febrero de 1989, el río Chili incrementó su caudal que se desbordó hacia la avenida La Marina, destruyendo todo lo que estaba a su paso. En la parte baja de Vallecito, tres viviendas sufrieron las consecuencias y muchas quedaron inundadas.

Desde esa fecha y hasta la actualidad, los vecinos vienen reclamando a las autoridades que se construya un muro de contención, ya que como la naturaleza es impredecible, en cualquier momento podría ocurrir el mismo fenómeno y destruir toda esta parte de la ciudad donde están ubicadas ahora, cientos de viviendas y edificios.

La vivienda de José Barrionuevo Villalobos fue una de las afectadas en ese entonces y seguramente sería nuevamente dañada si es que se registra un ingreso violento de las aguas, porque en ese sector no existe ningún muro de protección que impida que el agua carcoma el terreno.

Para reconstruir las viviendas tuvieron que rellenar parte del terreno que se llevó el agua, con su propio dinero, pues no recibieron apoyo de las autoridades.

En la gestión municipal de Alfredo Zegarra Tejada, se había planificado hacer una vía a lo largo de la ribera del río que de alguna manera hubiera podido dar protección a las urbanizaciones, pero surgió la oposición de los vecinos, ya que aseguran que en el proyecto no se habían contemplado muros.

“Vino prepotentemente a querer botar los árboles que nosotros habíamos sembrado y cuidado por años, supuestamente para hacer una pista que según el expediente no tenía muros de contención; además se tendría que angostar el cauce y eso crearía problemas a la parte del frente”, explicó Barrionuevo.

Los propietarios de las viviendas insistirán con las nuevas autoridades municipales y regionales, pues no solo se trata de la protección de sus casas, sino de decenas de viviendas que podrían quedar afectadas.