Por: Roxana Ortiz A.

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Dicen que lo que mal inicia, mal acaba. Es el caso del sonado romance del escritor arequipeño Mario Vargas Llosa con Isabel Preysler, quienes han anunciado su separación, aunque no llegaron a casarse.

Se terminó el romance entre Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler, tras 8 años de relación.

En el mes de noviembre estuvo en Arequipa, la ex esposa de Mario Vargas, Patricia Llosa, quien forma parte del comité del Hay Festival. No le era difícil esquivar las miradas curiosas, sabiendo que su separación ocurrida hace varios años, fue producto de una infidelidad, luego que por casi toda su vida, se había dedicado devotamente al escritor.

Según los medios españoles, desde hace algunos meses, se observó algunos problemas en la famosa pareja cuando a Vargas Llosa lo vieron salir de una casa que tiene en el centro de Madrid, a pesar que él vivía con su novia en una zona exclusiva. En ese entonces la pareja desmintió que se hubiera producido una ruptura.

Isabel Preysler en la revista española “Hola”, la cual se ha dedicado a hacer seguimiento de su vida, dio las primeras declaraciones sobre la ruptura: «“Hemos decidido poner fin a nuestra relación definitivamente”.

No quiero dar ninguna declaración más y agradezco a los amigos y medios de comunicación que nos ayuden en esta decisión», indicó.

Sin embargo, eso será algo difícil que suceda, ya que tanto ella como su hija Tamara Falcó, fruto de uno de sus tres matrimonios anteriores; son dos grandes protagonistas de la prensa rosa y además suelen acudir a eventos donde seguro les preguntarán por ello, además viven del espectáculo.

Se especula que los verdaderos motivos de la ruptura son los celos infundados por parte del escritor y el desgaste de la pareja después de casi ocho años de relación, según señala la revista. Además hay que sumarle los roces de la convivencia, que se habían vuelto más complicados por los diferentes trabajos de ambos.

A mediados de diciembre, Mario Vargas Llosa tuvo que salir de la casa de Isabel Preysler en Puerta de Hierro tras montar una escena de celos a la ‘celebrity’. Es cuando se fue a vivir a su casa en el centro de Madrid sin dar ninguna explicación.

Se conoce que no era la primera vez que ocurría esta situación. Anteriormente ya habían pasado por este mismo motivo aunque otras veces, había regresado a casa tras reconciliarse con la ex esposa de Julio Iglesias, algo que esta vez no ha ocurrido. El hecho de que el comportamiento del Nobel se repitiera en tantas ocasiones ha acabado provocando la ruptura y que Isabel Preysler, cansada de esa situación, haya decidido no seguir apostando por la relación.

RELACIÓN FRUTO DE LA INFIDELIDAD

Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa se conocieron en los años 80, cuando ella le hizo una entrevista al escritor para la revista “Hola” en 1986, entonces él estaba casado con Patricia Llosa, que además es prima hermana de Mario. Isabel Preysler tenía como pareja a Miguel Boyer.

En el 2014, su amistad avanzó y se habría convertido en una relación amorosa, sin embargo no lo hicieron oficial y hicieron pública su historia de amor sino hasta junio de 2015. Tan solo nueves meses desde que Isabel Preysler se quedara viuda tras la muerte de su tercer marido, Miguel Boyer. Era exministro socialista de Economía, quien falleció el 29 de septiembre de 2014 a los 75 años a causa de una embolia pulmonar.

Los rumores de infidelidad por parte de Isabel Presyler a Miguel Boyer siempre la seguían y se especula que si la relación la hicieron oficial en junio de 2015, ésta habría iniciado por lo menos un año antes. De hecho, trascendió entonces que su hija Ana Boyer estaba muy molesta con su madre por su repentina relación con el escritor.

Los rumores de infidelidad también persiguieron a Vargas Llosa, ya que apenas unos días después que Mario y Patricia celebraran sus 50 años de matrimonio junto a sus hijos en Nueva York, el escritor fue fotografiado caminando del brazo de Isabel Preysler.

Tras salir a la luz esas imágenes, que además impactaron en el Perú, Patricia Llosa emitió un comunicado en el que lamentó la situación: «Mis hijos y yo estamos sorprendidos y muy apenados por las fotos que han aparecido hoy en una revista del corazón. Hace apenas una semana estuvimos con toda la familia en Nueva York celebrando nuestros 50 años de casados y la entrega del doctorado de la Universidad de Princeton. Les rogamos respetar nuestra privacidad».

Cuando Vargas Llosa recibió el Premio Nobel en el 2010, tuvo palabras de elogio para su esposa. “El Perú es Patricia, la prima de naricita respingada y carácter indomable con la que tuve la fortuna de casarme hace 45 años y que todavía soporta las manías, neurosis y rabietas que me ayudan a escribir. Sin ella mi vida se hubiera disuelto hace tiempo en un torbellino caótico y no hubieran nacido Álvaro, Gonzalo, Morgana ni los seis nietos que nos prolongan y alegran la existencia. Ella hace todo y todo lo hace bien. Resuelve los problemas, administra la economía, pone orden en el caos, mantiene a raya a los periodistas y a los intrusos, defiende mi tiempo, decide las citas y los viajes, hace y deshace las maletas, y es tan generosa que, hasta cuando cree que me riñe, me hace el mejor de los elogios: “Mario, para lo único que tú sirves es para escribir”; dijo en su discurso con la voz entrecortada .

Lo cierto es que, además de la vida sentimental de Vargas Llosa, está la gran obra del escritor arequipeño, quien además ha sido muy generoso con la ciudad en donde nació, donando su Biblioteca Personal, tras la cual estaban muchas universidades y países en el mundo.

“El Perú es para mí una Arequipa donde nací pero nunca viví, una ciudad que mi madre, mis abuelos y mis tíos me enseñaron a conocer a través de sus recuerdos y añoranzas, porque toda mi tribu familiar, como suelen hacer los arequipeños, se llevó siempre a la Ciudad Blanca con ella en su andariega existencia. Es la Piura del desierto, el algarrobo y el sufrido burrito, al que los piuranos de mi juventud llamaban “el pie ajeno” –lindo y triste apelativo–, donde descubrí que no eran las cigüeñas las que traían los bebes al mundo sino que los fabricaban las parejas haciendo unas barbaridades que eran pecado mortal”, narró en el discurso ofrecido cuando ganó el Premio Nobel.