MÁS TRABAJO Y MENOS REZOS Y MENOS FIESTAS CON BOSTEZOS
Por: Juan Guillermo Carpio Muñoz
ANÉCDOTAS HISTÓRICAS (En las citas textuales que se hacen en esta obra se respeta la ortografía de sus originales)
Comentando las fiestas religiosas del cambio de almanaque: Navidad, Inocentes, Año Nuevo, (Circuncisión) y Reyes; apareció el siguiente suelto periodístico, en La Bolsa de 1873, como una muestra que en ese tiempo las cosas y el pensamiento de las gentes cambiaban vertiginosamente y les hacía “ver” que las numerosas fiestas religiosas antes tan esperadas y “sonadas”, eran poco menos que un “estorbo” para entrar “en la senda del verdadero progreso”. Leamos: “Para entonces (7 de enero) todo queda aplazado y desde ese día los tribunales de justicia, vuelven a ocuparse de las miserias de la humanidad. Los comerciantes a sus transacciones por mayor y menor, a ese engaño mutuo de tira y afloja que se emprende entre comprador y vendedor hasta arribar a un buen resultado dándose por vencedores ambos beligerantes llevando siempre la peor parte el comprador. Los talleres abiertos y dispuestos los individuos que los manejan a recibir y entregar obras con la puntualidad que deben hacerlo los artesanos honrados que cumplen con su noble profesión. En fin, todo viene dando indicios de vida con el movimiento que imprime en todos los ramos de la industria, el tan deseado 7 de enero. Con menos fiestas en el calendario, habría más adelanto en el trabajo y menos disipación de tiempo y de dinero; porque con la fiesta viene la ociosidad, y con ésta el alejamiento de los buenos hábitos y costumbres que engendra el trabajo. En Chile que se marcha a pasos rápidos por la senda del progreso, el Gobierno ha logrado que la Santa Sede dispense tantos días de fiesta y sólo se tenga como tales, después de los domingos, el primer día de cada pascua y algunos días clásicos como el Jueves Santo, Corpus Cristi, etc. Ojalá que en el Perú se hiciera otro tanto para que pudiéramos decir sin que nos desmientan que hemos entrado de lleno, con nuestros ferrocarriles y telégrafos, en la senda del verdadero progreso”.