Perú sin racismo
Por: Leslie Urteaga – Ministra de Cultura
Todas las personas nacemos libres e iguales en dignidad y derechos; una manifestación de la igualdad es el respeto por la diversidad cultural y, en el caso de nuestro país, se expresa en los cerca de 7 millones de peruanos que nos autoidentificamos como parte de un pueblo indígena u originario y del pueblo afroperuano.
Hoy, (el 21 de marzo) Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial, desde el Ministerio de Cultura, reafirmamos nuestro compromiso de promover la valoración por nuestras raíces, pueblos y 48 lenguas indígenas u originarias, tradiciones orales, celebraciones, rituales, músicas, danzas, conocimientos, prácticas ancestrales y formas de organización.
Esta valoración de la diversidad cultural no es un compromiso unilateral, tenemos que involucrarnos como Estado y sociedad para reconocer que el racismo en el Perú continúa siendo un problema público y que genera brechas sociales que van más allá de un insulto racista o gesto de rechazo por el color de piel u origen étnico de las personas.
Los resultados de la Primera Encuesta Nacional de Percepciones y Actitudes sobre Diversidad Cultural y Discriminación Étnico-Racial del Ministerio de Cultura (2017) evidenció que el 53% de los encuestados considera a los peruanos racistas y solo el 8% se considera racista.
Asimismo, el 59% de los encuestados indica que el pueblo afroperuano y los pueblos quechua y aimara son muy discriminados, mientras que el 57% afirma lo mismo respecto a la población nativa o indígena de la Amazonía.
Reconociendo que existe una discriminación estructural que sigue afectando en mayor medida a nuestros pueblos originarios y al pueblo afroperuano debido a la falta de implementación de una política de gestión con acciones concretas y efectivas, en febrero de este año, nuestro gobierno aprobó los lineamientos para incorporar el enfoque intercultural en la prestación de servicios públicos, según el Decreto Supremo N° 001-2023-MC, con la finalidad de que el Estado, en sus tres niveles, adecúe de manera progresiva las atenciones que brinda respetando nuestras costumbres y lenguas maternas.
Estamos convencidos de que solo con la participación y compromiso activo como sociedad y Estado podremos construir un Perú sin racismo.