“La inversión privada se contraerá nuevamente este año en el Perú”
Por: Dany La Torre
Las perspectivas de la inversión privada en el Perú son desfavorables para este año. Las proyecciones de instituciones como el Banco Central de Reserva del Perú advierten que esto se debe principalmente a la caída en la inversión minera, puesto que no se prevé la construcción de grandes proyectos. El exministro de Economía y director de Videnza Instituto, Luis Miguel Castilla, indicó que estas expectativas mermaron por impacto directo e indirecto de la crisis política del país y la gestión deficiente de algunas autoridades. Agregó que la crisis social desatada en diciembre del año 2022 y los desastres naturales que se presentan en el norte del país avizoran un panorama poco favorable.
ENTREVISTA: MIGUEL CASTILLA, EX MINISTRO DE ECONOMÍA
Hay una brecha de inclusión financiera importante en el país, ¿qué repercusiones puede conllevar esta situación?
Es muy importante porque la forma en la que uno mide el desarrollo de un país es a través del PBI per cápita que, si bien ha mejorado y se ha triplicado en los últimos 30 años, si uno se fija en otro tipo de métricas, de desarrollo humano y de inclusión social y económica, la inclusión financiera es un indicador es muy importante. Esta inclusión da la capacidad para que los pequeños emprendedores y los pequeños negocios puedan crecer, financiar emprendimientos, inversiones y generar mayor bienestar, consumo y actividad económica. La inclusión financiera es clave. Los países que han logrado dar el salto al desarrollo, son países que tienen sistemas bancarios desarrollados y donde hay una innovación como se mencionaba anteriormente, aumentó el uso de billeteras digitales, las tecnologías de la información y las comunicaciones para potenciar el acceso a servicios financieros. Para ello se necesita de educación financiera que es absolutamente necesaria.
De considerarse un ranking a nivel de Latinoamérica sobre inclusión financiera, ¿en qué posición se ubicaría el Perú?
Estamos a media tabla comparados con otros países del resto de la región. El avance fue notorio, de hecho, si uno compara en Arequipa, cuánto es el avance que se ha tenido en puntos de bancarización, diría que en los últimos 10 años se ha triplicado la inclusión financiera, principalmente en las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes). Sin embargo, esto es insuficiente. Lima y Arequipa son las regiones líderes en el país, pero teniendo a más del 50% de la población que no accede al financiamiento o lo hacen por la vía informal, donde hay préstamos de usura. Entonces va a ser muy difícil lograr un desarrollo armónico en el país, entonces hay un avance importante, todavía queda un trecho importante por recorrer y lo que puede gatillar ese esfuerzo son dos cosas: educación financiera y el avance en la cobertura digital. Este último punto es importante, todos tenemos un teléfono inteligente, la penetración del mercado de los smartphones es muy elevada y esto puede ser la forma en la que puede materializarse este potencial que hay.
La presidenta de la Asociación Nacional Pyme Perú, Ana María Choquehuanca, indicó que las entidades financieras también deben tener un mayor acercamiento con sus clientes, ¿se está dando esta aproximación a y través de las políticas del sector?
Si, cuando uno habla del sistema financiero, es muy amplio, tenemos la banca múltiple, las cajas, las pymes y cooperativas. Creo que el sistema financiero bancario ha estado desarrollando activamente los temas de inclusión financiera y han empezado a cambiar esa visión. Lo que no ayuda a la imagen de la banca, es la banca de consumo que cobran tasas estratosféricas, pero no es la banca representativa. Sin embargo, las malas prácticas de algunas entidades financieras, contaminan la imagen de todo el sector. No hay país en el mundo que haya logrado desarrollarse sin tener un acceso amplio a servicios financieros provistos por bancos, cajas, cooperativas, entre otros, esa es una realidad.
Por otro lado, se sabe que producto de la situación política y social del país, los cerca de 3 millones de empresarios dentro de la micro y pequeña empresa han sufrido una merma económica significativa, ¿se sabe cuántos han llegado a quebrar?
Es difícil saberlo, pero probablemente durante la etapa de confinamiento en la pandemia, hubo una mortalidad de más del 60% de las micro y pequeñas empresas que salieron del mercado, pero que a la fecha fueron sustituidas por otras empresas. Ahora es prematuro indicar una nueva cifra, hay algunos cálculos que indican que entre 100 mil y 400 mil mypes pueden verse afectadas por las lluvias focalizadas en el norte del país. Estas empresas están en sectores clave como comercio, servicios y construcción. Entonces es prematuro hablar de cifras porque todavía no sabemos de la magnitud del evento que vamos a enfrentar, pero muchas de esas mypes también afrontan el tema del endeudamiento por la carencia de ingresos.
¿Qué medidas pueden contrarrestar esta crisis?
Creo que hubo un impulso muy fuerte a raíz del programa Reactiva que no necesariamente llegó a los segmentos más pequeños, pero hubo programas como el FAE-Mype y otros que justamente propiciaron un mayor incremento de la bancarización a accesos de servicios en el manejo de la pandemia y la crisis. Ahora vemos que hay mucho problema con cumplir los pagos y el Gobierno lo que ha hecho es reprogramar los plazos de pago con esas facilidades. Ahora la morosidad en general se incrementó y vemos que, con el incremento de tasas de interés, se ha ralentizado el ritmo de crecimiento del crédito. Esto afecta a la gran como a la pequeña empresa. Es un ciclo crediticio que también explica porque la economía crece menos. Los ciclos son sólo eso, habrá subidas y bajadas, pero lo importante es perseverar para darle acceso a un gran número de peruanos y de emprendimientos peruanos, empresas unipersonales, de la forma como poder crecer y la única forma de hacerlo es a través de canalizar los excedentes de los depositantes a los que invierten, que en este caso son los pequeños emprendedores claramente, así como han sido golpeadas, tienen una capacidad de resiliencia y de reinventarse única. Un pequeño emprendedor, requiere un entorno relativamente estable para poder salir adelante, entonces creo que el Gobierno hace bien en fortalecer a las entidades microfinancieras porque hacen un aporte patrimonial. El Estado está poniendo más recursos al Fondo CRECER, se propicia una línea para evitar que haya medidas de liquidez y eso parte del ‘Plan Con Punche Perú’, dirigido exclusivamente al sector de las mypes. Esa es una ayuda que tiene un efecto multiplicador, esperemos que la situación se normalice, mientras tanto, no hay una afectación actual, pero sí la habrá en el tiempo.
Se sabe que hubo un incremento en la informalidad ¿qué acciones debe emprender el Gobierno?
Un tema que está atrás de la informalidad en el país, es que es bien difícil por todas regulaciones tributarias y laborales que un pequeño emprendimiento pueda crecer y pueda afrontar justamente esta carga regulatoria que significa llevar libros contables. Todo eso ha hecho que la informalidad se perpetúe. Otro tema tiene que ver con problemas de productividad laboral que en el Perú bajó lamentablemente y lo tercero es que muchas veces, la decisión de ser informal, es una decisión plenamente racional. Una pequeña empresa no quiere pagar los impuestos porque no recibe una contraprestación del Estado. Uno paga impuestos, pero no recibe educación de calidad, salud oportuna y seguridad. Entonces muchas empresas deciden mantenerse en una economía informal porque es más conveniente, no tienen ningún beneficio, es un tema que se ha ido perpetuando en el país. Tenemos una tasa de informalidad altísima, cercana al 80%, producto de la crisis, ese es el legado más fuerte de la pandemia, una precarización del mercado laboral. Esto se va a resolver con mayor crecimiento y de regulación más sensata. Esto se trabaja en un entorno de estabilidad. Con tanto cambio de autoridad y con tanta crisis, finalmente se posterga lo importante por lo urgente y en esto hay una oportunidad por aprovechar.
¿En cuánto tiempo se podría volver a tener los índices económicos que se tenía en los años prepandemia?
Claramente si uno ve el retroceso que tuvimos en la pandemia, el retroceso que tuvimos en la pandemia, una economía que cayó 11% y que al año siguiente tuvo un salto del 13% de crecimiento económico, la capacidad de rebote del Perú es impresionante, lo que vemos es que, en el año 2022, la economía se fue apagando poco a poco por una gran desconfianza y un gobierno que no estaba cumpliendo su rol. Había una crispación política que acabó en lo que ya todos conocemos. A esto se suma que el mundo estuvo sufriendo de inflación y esto se ha visto a un incremento de tasas de interés por parte del Gobierno central. Ahora, además de la crisis política, se suma la crisis climatológica. Entonces el Perú tiene la fortaleza macroeconómica para salir adelante, pero lo que requiere es un poco de estabilidad en las reglas de juego y retomar la confianza para que los empresarios pequeñitos y los más grandes hagan lo suyo. Con eso podremos salir muy rápidamente de esta situación porque todo lo fundamental está incólume, no ha variado.
En el caso de Arequipa, considerada como una región minera, ¿habrá cambios desfavorables?
Hay que verlo en perspectiva porque la contracción minera es en todo el país y aquí lo importante es que se paralicen minas que están en operación. Lamentablemente hubo la paralización de minas en el corredor minero del sur, le pasó una factura muy grande, no sólo en menos exportaciones el año pasado, lo que significa 2 mil 500 millones de dólares de menor exportación, sino de canon que financia la obra pública, entonces Arequipa creo que se ha mantenido de alguna forma blindada de eso, pero hay muchos proyectos que no se están dando en Arequipa, tenemos proyectos importantes que siguen siendo postergados por razones que no consiguen la licencia social y creo que lo importante es plantear las condiciones para que estos proyectos se den y que apuntalen el crecimiento arequipeño porque la medida jala el resto de la economía. Acordémonos que por cada 100 soles que gasta la minería, mueve 40 soles adicionales en otro tipo de actividades, esto es importantísimo para lograr que Arequipa siga repuntando minería y jale otros sectores fundamentales. No hay nada que impida que eso se dé, salvo claridad, estabilidad y voluntad política.
¿Se ve la voluntad política para sacar adelante proyectos mineros como Zafranal o Tía María?
Son proyectos que tienen una dinámica y una carga que viene de atrás que es compleja. Pero acá, lo más importante es crear las condiciones. Si es que el recurso hídrico, la falta de agua para consumo humano o para reservorios para irrigar los campos de cultivo, es la excusa, entonces inviértase en eso, no es falta de recursos, es falta de diligencia en invertir en lo que es importante para crear las condiciones, muchas veces son poblaciones postergadas que no ven ningún beneficio y que reclaman legítimamente. A esto se suman violentistas que abonan hacia mayor convulsión y conflictividad. Lo importante es crear las condiciones y muchas de estas dependen del sector público, de municipios en particular que apuesten en cerrar brechas y crear las condiciones para que estas minas puedan desarrollarse, el futuro es enorme y si uno piensa en la transición energética intensiva en cobre, esto es una ventana de oportunidad enorme para regiones ricas en minería como Arequipa. Ciertamente esto es un impulso adicional para continuar el desarrollo de la región.
En todo caso, ¿no habrá un índice de crecimiento adecuado en el país?
Es fundamental que en el país se disipen las fuentes de incertidumbre porque para que un país crezca, se debe tener la certeza de las reglas de juego. Superado los shocks como el climatológico, la economía va a empezará a tender a desarrollarse. Tenemos muchos fundamentos sólidos. El sector financiero es sólido. No tenemos ningún bien capitalizado. Tenemos ahorro que puede financiar inversiones a largo plazo, tenemos una economía bien manejada, pero nuestro gran problema son las instituciones débiles y tener una política que no permite el desarrollo del potencial económico del país. Esto será una especie de restricción al crecimiento económico del país.
DATO
¿El peor riesgo para el país este año es el fenómeno El Niño?
Eso lo ha indicado el ministro y yo concuerdo con eso. Pero a eso se suma el hecho de que se gestione bien ese Plan Impulso que está metiendo plata a la economía y que efectivamente se materialice en obras y no más parálisis de obras. Queremos que se actúe con pragmatismo y dejar la ideología y la retórica de lado. La gente quiere obras, oportunidad de empleo y oportunidades. Está cansada del debate de la diatriba y del conflicto. Si se logra pasar eso, que no es fácil, las condiciones están dadas para crecer más, generar empleo y evitar este incremento de la pobreza.