Ineficiencia del Gobierno para afrontar desastres naturales
Por: Carlos Meneses
La reducción del riesgo de desastres es el conjunto de acciones para reducirlos a través de esfuerzos sistemáticos en beneficio de un país.
La mayoría de los peruanos, más del 80 por ciento considera que el gobierno no lidera adecuada y oportunamente los esfuerzos contra los desastres naturales que azotan al país y que están provocando la muerte de numerosas personas y millonarias pérdidas económicas.
Para prevenir los desastres naturales es necesario contar con estudios que permitan identificar los riesgos y establecer estándares de seguridad. También es importante la multidimensionalidad de los niveles de vulnerabilidad en el país; el desarrollo urbano y territorial debe estar siempre relacionado a la gestión de riesgos.
Han pasado varias semanas desde que se iniciaron las intensas precipitaciones, inundaciones y huaicos -tras el paso del ciclón Yaku y la eventual llegada del Fenómeno El Niño- un amplio número de peruanos considera que las actuales autoridades no implementan las políticas necesarias para enfrentar estos eventos que año a año se repiten.
En el norte, la zona más afectada por las precipitaciones pluviales, la ciudadanía se queja constantemente de la falta de ayuda oportuna, no hay maquinarias, motobombas ni tanques cisternas para ayudar a los afectados. Incluso voceros del gobierno han reconocido que hay muchas carencias para actuar ante estas situaciones de emergencia.
Según una consulta realizada a la ciudadanía a nivel nacional, desarrollado por la encuestadora Datum, un 82% de la población manifestó que la dignataria “no lidera los esfuerzos contra los desastres naturales que vienen ocurriendo en el país. Un 13% señaló lo contrario, mientras tanto, y un 5% evitó responder.
Las acciones tras los desastres son una oportunidad para el cambio social, en específico, para construir sociedades resilientes. Sin embargo, cuando en los procesos de reconstrucción se persiguen otros intereses y, preferentemente, ajenos a las necesidades de la sociedad afectada, se incrementan las condiciones de riesgo y la vulnerabilidad ante futuras amenazas.