Las fuerzas armadas al margen
Por: Carlos Meneses
“Las Fuerzas Armadas deben mantenerse al margen de los conflictos políticos menudos y preservar la democracia en la que todos los peruanos queremos seguir viviendo”.
Una mañana de día reciente, y para tratar asuntos que el gobierno no quiso revelar en detalle, los más altos jefes del Ejército, la Fuerza Aérea y la Policía Nacional del Perú sostuvieron conversación con el presidente de la República sobre temas que debieron precisarse por la intranquilidad que provocan y por la conveniencia de que la política no sea factor determinante ni siquiera en opinión dado el carácter no deliberante de la Fuerza Armadas.
Hubiera sido preferible, y ningún inconveniente habría en que se revele la causa de esta convocatoria o el desmentido en caso de no haberse producido, pues la hipersensibilidad que se registra en la política peruana obliga a dar pasos muy cuidadosos, convenientes para que nada de lo que pase agrave la tensión que vivimos.
No dudamos de la buena voluntad que pueda tener el primer mandatario para resolver los problemas que afectan a nuestros pueblos, al pueblo realmente existente y no al que se supone que hay para algunos que repudian a otros.
La Fuerzas Armadas están llamadas a colaborar en todos los casos porque son consideradas, por algunos, como soluciones del cielo que nadie necesita como inevitables cumpliendo tareas que están precisadas en la Constitución y en el afán de que las armas se mantengan a distancia de las decisiones que solo se pueden a emitir cuando somos convocados a elecciones.
Que nadie se atreva a tocar puerta de cuarteles porque se pueden confundir los toques y en lugar de ser invocaciones a la colaboración en casos de emergencia o de conflictos alguien pueda pensar en que es llamado para socorrer a quien puede salvarse solo, dialogando y acordando lo que mejor conviene para los destinos patrios.
Afortunadamente, tenemos en la presidencia del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas a un jefe militar de origen arequipeño, cuyos antecesores han tenido presencia significativa en la vida de la República por la defensa que han hecho de la pureza del uniforme que visten y de la justicia que predicaron ilustres como Francisco Gómez de la Torre y otros magistrados que lucharon por la libertad y por el imperio de la ley.