Infraestructura educativa, la otra pandemia del Perú
Por: Rudolf Giese
Miles de estudiantes regresan a las aulas tras dos años de enseñanza virtual por la pandemia. Muchos retornan con ilusión a sus colegios; sin embargo, se han encontrado con el mismo escenario que dejaron antes del confinamiento e incluso, en algunos casos, el panorama es más desolador por el mal estado en que se encuentran sus escuelas.
La infraestructura educativa es otra pandemia que se debe atender con urgencia y más aún en la crisis sanitaria que vivimos. Actualmente, de los 54,800 colegios existentes en el Perú el 76 % debe ser reforzado estructuralmente o demolido; 21,100 colegios se encuentran en un nivel de riesgo extremo. En lo que respecta a los servicios básicos, la situación es más compleja, el 60% de los colegios a escala nacional carece de algún servicio, de los cuales el 40% no tiene agua, el 36% no tiene desagüe y el 30% no tiene luz, una situación que imposibilita el regreso seguro a las escuelas.
Tenemos una brecha que bordea los 110,000 millones de soles, que al ritmo de inversión de 5,400 millones anuales del Estado, tardaríamos cerca de 20 años en nivelarnos; tal es así que en los dos últimos años esta brecha aumentó en 10,000 millones de soles. Pero, ¿cómo hacer para resolver este grave problema que impacta directamente en el proceso de aprendizaje y que afecta directamente el futuro del país?
Debemos trabajar desde la comprensión de la realidad y gestionando innovación desde los recursos existentes. El Estado debe entender que se trata de una inversión en el futuro del país y no de un gasto, el primer paso es invertir más en la construcción de nuevas infraestructuras, pero también en el mantenimiento de las existentes; por ello, es necesario que las autoridades destinen mayores recursos y los gestionen a beneficio de la sociedad. Solo por dar un ejemplo, en el último año el 30% del presupuesto asignado al Pronied y los gobiernos regionales retornó al tesoro público por falta de ejecución.
Otro punto importante es promover la inversión privada mediante el mecanismo Obras por Impuestos, es la fórmula ideal para garantizar el avance rápido en el mejoramiento de las instituciones educativas porque puede destinar hasta el 50% de sus impuestos a la renta a obras de sectores prioritarios como educación.
También necesitamos una estrategia inteligente para diseñar, construir y habilitar miles de colegios en simultáneo. Debemos diseñar un sistema de colegios modulares que se adapten a las diferentes condiciones del país y que permita avanzar muy rápido con los expedientes técnicos y la construcción, logrando una adecuada administración de recursos escasos como el tiempo y el dinero con el máximo de eficiencia. La educación debe convertirse en prioridad para el gobierno y en una política de Estado, que trascienda a la administración de turno y logre continuidad en el tiempo. Nuestro niños y niñas se lo merecen y el futuro del Perú lo agradecerá.