La pobreza y los retos de las nuevas autoridades
Paola Bustamante Suárez – Directora de VIDENZA
A poco más de cuatro meses del inicio de la gestión de las nuevas autoridades regionales y locales, el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) dió a conocer el pasado jueves 11 de mayo, las nuevas cifras de pobreza a nivel nacional. Lamentablemente la pobreza se incrementó a 27, 5%, es decir, tenemos 628 mil nuevos pobres, lo que implica que más de 9 millones de peruanos se encuentran en situación de pobreza.
Por ello, es importante compartir lo que ha pasado en Arequipa. Conforme se visibiliza graficamente en el Observatorio del Bicentenario, en el año 2010 la pobreza en Arequipa era de 13,6%, sin embargo a partir del año 2011 y hasta el 2019, la pobreza se vino reduciendo progresivamente llegando ese año al 6% de pobreza. Para el año 2020 a consecuencia de la pandemia, la pobreza se incrementó al 18,6%. En el año 2021, se redujo en 6pp, llegando a 12,1%, sin embargo, a diciembre del 2022 se incrementa nuevamente a 13,7%, por lo tanto, 14 de cada 100 arequipeños son pobres.
La atención de ésta situación requiere el concurso de multiples actores, el liderazgo de las autoridades, el compromiso del sector privado y la academia, así como de la ciudadanía en general. Ningún resultado positivo o negativo, será sólo con la acción de uno de los actores, sea público o privado. Por lo que, las autoridades tienen el reto de convocar a los mejores profesionales para que contribuyan a una mejor gestión y ejecución del presupuesto para contar con mejores servicios e infraestructura. En el caso de la generación de empleo, que es la mejor estrategia para reducir pobreza, es clave que las empresas proveedoras de los bienes y servicios al Estado, cumplan con los compromisos asumidos en el marco de los contratos suscritos, de lo contrario, las obras se paralizan y por ende se paraliza la atención a las demandas ciudadanas y la fuente de empleo. El sector privado también tiene el reto de apostar por incrementar su inversión en el territorio, para ello el estado en sus tres niveles de gobierno, debe garantizar las mejores condiciones para atraer inversiones que a su vez generarán empleo e ingresos, estos ingresos, traducidos en impuestos, permitirán reinvertir en bienes y servicios para los ciudadanos. Todos debemos involucrarnos en la lucha contra la pobreza desde el lugar y la posición en la que nos encontremos, ya que solucionar esta situación, requiere del concurso de todos.