Cuando tus cargas pesan demasiado
Por: María Marín
Son invisibles ante todo el mundo, pero te acompañan día y noche, donde quiera que estés. Son muy pesadas por naturaleza y con el tiempo unas engordan y otras, por suerte, bajan de peso. Se multiplican con el paso del tiempo y se alimentan de los pensamientos, horas de sueño y tranquilidad que te roban constantemente.
Me refiero a las pesadas cargas que tocan llevar por el recorrido de la vida. A unos les tocan más y a otros menos, pero ningún ser humano se salva de sentir toneladas de preocupación, ansiedad o desesperanza en algún momento de su vida. Sin embargo, sí se puede controlar el nivel y tiempo del peso emocional. Después de todo no es la carga lo que te agobia tanto, sino cómo la lleves.
¿Cuántas cargas llevas encima? Quizás sea la enfermedad de un familiar, tu situación económica, algún problema de pareja, o incertidumbre por el futuro. Sean cuales sean tus cargas, el primer paso para disminuir su peso es entender que no puedes llevar tantas situaciones a la vez. De la misma manera que sólo puedes empacar cierto peso en tu maleta cuando viajas, debes escoger el peso límite que puede aguantar tu cuerpo, mente y espíritu.
Las cargas que no necesitas llevar:
Opiniones de otros: Si hay algo que mantienen a muchos encadenados a una carga de por vida, es el famoso y destructivo “qué dirán”, lo cual es una angustia silenciosa a ser juzgados constantemente. Muchos dejan de ser ellos o se meten en deudas por demostrar que poseen algo. Comprende que no puedes ser aquello que no eres y que vivir apariencias aumentará más el peso de la frustración contigo mismo.
Pensamientos negativos: Estar abrumado con cargas pesadas es la señal más clara de que la negatividad supera al positivismo en la mente. Una persona negativa se acostumbra tanto a pasarla mal que “espera con ansias” qué tormento nuevo llegará. Cambia tus pensamientos de mala suerte por buena y comprobarás la realidad de que la mente tiene el magnetismo de atraer lo que piensas, sea bueno o malo.
Pasado: Antes de agarrar una nueva carga, suelta una vieja, pues no hay espacio para coleccionar cargas. Acumular malos recuerdos, culpas y arrepentimientos del pasado te mantendrán con sobrepeso en tu espalda, viviendo encorvado y mirando hacia el piso, perdiéndote lo bueno y nuevo que pasa por tu lado.