AREQUIPA Y SU FUTURO PLANIFICADO
Por: Carlos Zeballos Velarde – Arquitecto, urbanista e investigador.

Este 15 de agosto celebramos el 483° aniversario del primer acto de planeamiento urbano en Arequipa. En efecto, en aquel 1540, conquistadores españoles definieron las características básicas de la trama urbana, su orientación de acuerdo con la pendiente, el tamaño de las manzanas y solares, el ancho de las vías, la ubicación de la plaza y la distribución de las principales actividades de la ciudad. El siguiente plan urbano se llevaría a cabo recién en 1940, con motivo del IV centenario de la fundación de Arequipa, por el agrimensor Alberto de Rivero y su hijo Manuel. Desde entonces Arequipa ha tenido diversos planes urbanos, algunos de corta duración como el de 1956, y otros que tuvieron una vigencia de 20 años, como el de 1980.

Pero, ¿por qué son importantes los planes para una ciudad? La planificación del desarrollo urbano es esencial para forjar ciudades resilientes y habitables. Al trazar una visión estratégica, se abren oportunidades para un crecimiento ordenado y equitativo, reduciendo problemas de congestión, carencia de servicios básicos y desigualdad. Esta planificación considera la adecuada distribución de espacios verdes, infraestructuras eficientes y zonificación urbana, impulsando así la calidad de vida de los habitantes y el desarrollo económico de la ciudad.

En ese sentido, Arequipa es una de las dos ciudades en el Perú que cuenta con un ente especializado en planificar el crecimiento urbano: el IMPLA. Desde su creación en 2014 este instituto ha tenido a su cargo regular y ordenar el crecimiento de la ciudad a través de planes urbanos y proponer proyectos específicos que conlleven a su consecución. A principios del 2016 el IMPLA entregó el Plan de Desarrollo Metropolitano PDM 2016-2025, previendo el crecimiento de los próximos 10 años. Sin embargo, contempló la expansión urbana sobre algunas áreas agrícolas que tenían carácter de intangible. Por tal motivo, la Fiscalía del Medio Ambiente interpuso una acción de amparo por la cual se suspendía todo proyecto de urbanización sobre la campiña. Esta medida, a mi juicio necesaria para proteger el patrimonio ambiental y paisajista de la ciudad, no implicó la anulación de plan, sino solamente la protección de cerca de 3000 Ha, que corresponden aproximadamente a un 15% del área metropolitana. El otro 85% de la ciudad sigue bajo la regulación del PDM, que es perfectamente válido hasta el 2025. La actual gerencia del IMPLA deberá avocarse a subsanar las observaciones de ese 15% comprometido, algo que puede hacerse en el corto plazo, y así tener un PDM 100% vigente.

No son ciertas, por tanto, las afirmaciones que mencionan que “Arequipa está a la deriva sin un PDM” pues el plan está vigente, en una gran mayoría de los casos, hasta el 2025. Tampoco es cierto que “millones de dólares se han paralizado por falta de un plan” pues el PDM contempla áreas donde es posible inversión inmobiliaria (que se ha venido llevando a cabo en los últimos años), sin comprometer el patrimonio monumental, histórico y ambiental ni ubicarse sobre áreas de riesgo.

Es precisamente en este último aspecto donde se ha venido teniendo el mayor éxito del IMPLA, ya que los nuevos asentamientos deben presentar un plan específico de su desarrollo a fin de poder recibir servicios y titulación, que no podrán recibir si se ubican en zonas de riesgo. Por esta razón, y en contraste con muchas invasiones de antaño, los planes específicos de los asentamientos populares actuales tienden a respetar estas condiciones de riesgo, si bien aun falta mucho por hacer en un país donde la informalidad campea.

Por otro lado, es posible que en los próximos meses se puedan concretar varios planes ya avanzados para beneficio de la ciudad. Al mencionado levantamiento de observaciones del PDM 2016-2025, pueden también resolverse las observaciones al Plan Movilidad Urbana Sostenible PMUS AQP, proyecto financiado por la Unión Europea (UE) mediante el programa EUROCLIMA+, y ejecutado en el Perú por la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD). Además, el Plan Maestro del Centro Histórico PLAMCHA está en su fase final de revisión. Posteriormente, es necesario culminar el Plan de Acondicionamiento Territorial de la provincia (PAT), también bastante avanzado, y sentar las bases para un nuevo PDM 2026-2040, que cuente con la participación activa de la sociedad civil.

En definitiva, invertir en el planeamiento urbano es sembrar el futuro para una ciudad ordenada, en crecimiento, respetuosa de sus valores e identidad y resiliente ante el futuro.

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