El gabinete que ya no es
— Redacción Diario El Pueblo —
Por: Carlos Meneses
“Ese es otro error del señor Castillo que debemos lamentar porque implica un desgobierno con actos y decires que quitan la alfombra a quien estaba parado sobre ella. Entendemos también por eso que el íntegro de los ministros están en una situación, francamente, incómoda a la espera de una determinación final que nadie sabe con acierto si será el cumplimiento de una promesa hecha y revelada por tercero antes que por el propio responsable del manejo y liderazgo del gobierno”.
Desde hace casi dos semanas, en que se empezó a hablar de una decisión presidencial no confirmada por el propio Pedro Castillo y conocida por la ciudadanía por el decir del cardenal Pedro Barreto, el Perú virtualmente no tiene un gabinete merecedor de ser creído cuando negocia con los pueblos sobre los problemas nacionales pendientes de resolver.
En realidad, la falta de definiciones antes vista en el quehacer gubernamental, han llegado al colmo cuando después de que el presidente del Consejo de Secretarios de Estado se sintió en el aire ante una oferta no desmentida, de un cambio inminente y su remplazo por un Consejo de Ministros de ancha base que suponía un cambio en el afán gubernamental.
En tales condiciones el premier fue a Cusco y desde luego no podía conversar con representación y autoridad suficiente con quienes lideraban el paro regional que terminaron exigiendo que para hacer creíble las ofertas de Lima solo podían tratarlas con el presidente de la República.
La semana de representación parlamentaria obliga a esperar hasta días más una definición sobre convocatoria al Consejo de Estado y a concretar el hallazgo de un nuevo premier, dejando sin piso al señor Aníbal Torres.
En realidad, en el Perú ahora no hay gabinete y lo mismo ocurriría en cualquier lugar del mundo que confronte una situación semejante. Era lógica la actitud de Aníbal Torres cuando en su diálogo con los cusqueños se puso a sostener puntos de vista que no se sabe si los comparte el presidente Castillo o si más bien serán opiniones de un ciudadano que ya no tiene autoridad suficiente para hablar en nombre de Palacio de Gobierno