Por: Carlos Meneses

La atención a los jubilados es un reclamo común en el Perú y debe ser resuelto estimando que se comete injusticia con quienes aportaron para disfrutar de una vejez.

Tanto el Poder Ejecutivo como el Congreso de la República están preocupados en problemas que dejan mucho que desear y no se detienen a analizar la atención que merece el régimen previsional peruano y también el tratamiento y protección que debe brindarse a quienes aportaron por decenas de años para asegurarse una jubilación adecuada y suficiente.

Ahora a los problemas ya conocidos sobre la situación de EsSalud debe agregarse la pretensión de cierto sector parlamentario de lesionar el sistema privado de pensiones y, finalmente, de terminar de socavar las pocas bondades que tienen los asegurados mayores en EsSalud.

De lo que se trata, según las organizaciones sindicales de la Seguridad Social, es de modificar el sistema previsional de forma tal que virtualmente desaparecería. Para citar un modelo contrario debemos referirnos a Costa Rica, país de la América Central donde el régimen pensionario es un modelo a tener en cuenta.

Lo que está ocurriendo con la Seguridad Social es tan grave como lo que ha pasado con las pensiones de los jubilados en el mes de diciembre que se ha terminado por entregarles el recurso económico final del año y en vísperas de la Navidad, después de terminado el 2023.

Un país que sabe agradecer a quienes cumplieron con la ley para merecer una jubilación mínima y decente no puede seguir haciendo lo que hace ahora con los que aportaron las cuotas que les pidieron. Eso no puede ni debe seguir y es obligación de los poderes públicos dar solución al problema.