ANTAURO HUMALA: EXCÉNTRICAS PROPUESTAS
Por: Edgard Norberto “Beto” Lajo Paredes
Visité a Antauro Humala, en la Escuela Militar de Chorrillos, llevé sus tres libros, los autografió, quedó gratamente impresionado por haberlos leído, no hubo ocasión de hablar de ellos.
Hace un deslinde con el “marxismo eurocentrista”, cuya “lucha de clases constituye el motor de la historia. Sin embargo, -agrega el etnonacionalismo redentor- en los países de cultura milenaria y de gran calibre demográfico nativo, el motor de la historia es binario: Factor Etnocultural (FEC) + Factor Clasista (FC), y en donde el orden de los factores sí altera el producto. Vale decir, en el caso andinoamericano: primero Manko Qápaq y después, si hay después, Marx, Lenin, Mao o cualquier otro personaje” (Etnonacionalismo, izquierda y globalidad (versión etnocacerista)”, Antauro Humala, Segunda Edición, setiembre 2007, p. 29). Rechaza al marxismo por no ser andino, y ser creación de la raza blanca europea.
Superhumanidad v.s. subhumanidad. Ante el mundo actual, dice: “Nos ubicamos, así, en un escenario global en el que los cuatro principales exponentes raciales (blanco, amarillo, negro y cobrizo) de la especie se van simplificando en una superhumanidad de base étnica blanco-occidental versus otra subhumanidad de base étnica de color no blanco: mundo desarrollado versus mundo subdesarrollado. O sea, superhombres y humanoides: los primeros miden 20 cm más que los segundos, pesan 30 kg más, viven 40 años más y ganan 50 veces más” (p. 31). Es decir, los países desarrollados tienen superhombres; los subdesarrollados están conformados por humanoides ¿Qué opina usted?
Reunificación de la nación cobriza. Propugna “la reunificación de las actuales poblaciones de estirpe cobriza, demográficamente hegemónicas pero político-culturalmente subyugadas en las actuales territorialidades estatales criollas denominadas Perú, Bolivia y Ecuador, cuyas absurdas fronteras indefectiblemente habrán de ser suprimidas” (p. 32). ¿Fusiona el clasismo de Marx, con el racismo de Hitler? ¿autoctonizándolos?
Renacionalizando la libido. En el “Capítulo VIII Renacionalizando la Libido” (deseo sexual), dice: “En sus Comentarios Reales Garcilaso dedica un capítulo a la integración del soldado español a la familia india, observándose la predisposición nativa por emparentarse con los extranjeros, asumidos entonces como seres divinos”, agrega “-como en toda guerra, no sólo de antaño- la mujer siempre es asumida como parte natural del botín; hecho que, a su vez, armoniza con el instinto femenino de adscribirse, por último, al macho vencedor” (p. 115); añade “El sometimiento nacional ante la penetración económico-sexual extranjera ha llegado tanto que no hay estamento que se salve… En efecto, no sólo las chicas de las etnoclases bajas tienen la óptica de que lo extranjero es lo mejor, pues este punto de vista está tan generalizado que aún las etnoclases altas lo comparten, y así como las muchachas de Comas y Carabayllo sueñan con su argentino…, también las de clase media esperan a su norteamericano que se las levante. Y las chicas in de Monterrico o La Molina también buscan…, a un gringo, de preferencia europeo” (p. 121 y 122). Ante este ¿problema? Plantea “Soberanía política y autarquía alimentaria… ¡Entonces a reflotar el agro nativo como base nutricional primaria de la recuperación generacional de calorías y espermatozoides robustos! … Y también, recién, fabricaremos orgullosamente las mejores y diminutas tangas para las hermosas, vitaminizadas y apetecibles nalgas de nuestras supercholas, en un proceso de renacionalización de la libido” (p. 126 y 127). Estos comentarios son peyorativos a la mujer, haciendo afirmaciones sin sustento y calificándola ofensivamente.
Golpe de Estado y última propuesta. Declara “el llamado golpe de Estado puede ser ilegítimo y antipopular en las democracias genuinas, digamos como las del mundo desarrollado, no sucede tal en el orbe de color subdesarrollado. Muchas veces son legítimas y producto del clamor popular ante la traición y colonialidad de las corruptas élites gobernantes” (Conversaciones con Antauro Humala de Pedro Saldaña Ludeña, Primera Edición, mayo 2007, p. 26). Su última propuesta: “(In) surge, así, la necesidad de rescatar -en nuestro afán autentificador- los remanentes de la religiosidad tawantinsuyana”, como “respuesta propia de una combativa e insurgente Iglesia neotawantinsuyana, resurgente desde lo más hirviente del país profundo” (De la Guerra Etnosanta a la Iglesia Tawantinsuyana, Primera Edición, julio 2013, p. 17 y 312).