— Redacción Diario El Pueblo —

La circulación de vehículos por el territorio nacional empezó el 2022 con un nuevo incremento, gracias al impulso de los vehículos livianos y pesados, así lo precisó la Asociación Automotriz del Perú (AAP).

El Índice Nacional de Flujo Vehicular, calculado por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), que registra el tránsito de vehículos ligeros y pesados por las garitas de peajes, reportó un incremento de 2.3% en enero de este año frente a similar mes del 2021. El gremio automotor refirió que el tráfico de vehículos pesados subió en 2.8%, debido al mayor movimiento de vehículos de carga de 3 a 7 ejes que ascendió en 2.2%, como consecuencia de la demanda del servicio de transporte de diversos sectores económicos.

“En el caso del tráfico de vehículos ligeros, los resultados muestran que éste creció en 1.9%, un incremento que es consecuencia de la mayor movilización de personas, como resultado de la gradual reactivación de las actividades económicas y menores restricciones a la circulación, entre otros factores. En tanto, en el mes de análisis, el Índice Nacional Desestacionalizado del Flujo Vehicular en las unidades de peaje aumentó ligeramente en 0.4%, con relación al mes inmediato anterior”, indicó la AAP.

Para el gremio, la mejora de la economía nacional, principalmente en los sectores comercio, agropecuario y minería e hidrocarburos, que demandan este tipo de unidades para el desarrollo de sus actividades productivas, aunado a la reanudación progresiva de la economía, el recorte del horario de toque de queda, en un contexto de avance de la Campaña de Vacunación contra el COVID-19; fueron los elementos que impulsaron el aumento del flujo de vehículos pesados. En tanto, la circulación de vehículos livianos fue impulsada por las medidas de reactivación económica, como el restablecimiento gradual de los sectores asociados al rubro servicios (principalmente del turismo), aumento de aforos, disminución del horario de toque de queda, coadyuvado por el avance de la vacunación contra el COVID-19 de la tercera dosis en adultos y grupos etarios en edad escolar.

“Es importante señalar que la tasa de crecimiento del índice de flujo vehicular ha ido ralentizándose en los últimos meses, debido a que en el presente año ya no se tendrá el efecto estadístico de una menor base de comparación como ocurrió en el 2021. Hacia adelante, el incremento de dicho índice tendería a seguir el comportamiento de la economía nacional. Por esa razón, se espera que, en el 2022, el referido índice cierre el año con un crecimiento cercano al 2%; un resultado que estará sujeto a una serie de riesgos que podrían mermar dicha proyección. Entre ellos está la incertidumbre política que atraviesa el país debido a los continuos enfrentamientos entre el Poder Ejecutivo y Legislativo, así como las cuestionadas decisiones y mensajes que viene tomando el primero, y que afecta el entorno económico del país a nivel de expectativas, tanto empresariales como de consumidores”, apuntó la AAP.

Del mismo modo, precisaron que existe el riesgo de que los conflictos sociales activos en todo el país puedan escalar en los siguientes meses, que de no ser atendidos a tiempo y de manera eficiente podría llevar al cierre de carreteras, por ejemplo, afectando el flujo regular de vehículos, así como a diversas actividades económicas, restándole dinamismo al crecimiento del país. En el contexto externo, el conflicto entre Rusia y Ucrania está generando un aumento de precios en las materias primas, especialmente el petróleo, lo que provoca un incremento en el costo de vida, y por ende reduce el poder adquisitivo de las personas, provocando una reducción de la demanda interna.

De otro lado, la AAP sostuvo que la movilidad promedio de la población hacia diferentes destinos, con excepción de las estaciones de transporte público, supera los niveles prepandemia. Así, por ejemplo, la movilidad promedio hacia los centros de trabajo registró su máximo nivel desde que el Gobierno dictó medidas de restricción en el país (marzo de 2020), sólo el promedio de movilidad de la población hacia las estaciones de transporte público se ubicó aun por debajo de los meses anteriores a la crisis sanitaria.