El abuso sexual en menores y la castración química
Por: Roxana Ortiz A.
El tema de la violación de menores en el país nuevamente está en la palestra, aunque no se trata de un tema nuevo, porque día a día, son decenas los niños en el Perú los que son abusados sexualmente. Hay una gran mayoría que oculta la violación por miedo a las amenazas de sus agresores. Algunos son más agresivos que otros, porque además le imprimen sadismo a su acto delincuencial como el que ocurrió con una niña de apenas tres años de edad en Chiclayo.
Si no se asume la prevención como tarea los niños siempre seguirán en peligro”
La discusión se enfrasca en que si debe haber o no castración química para los delincuentes sexuales, algo así como enmallar el puente Chilina para que no haya más suicidios, cuando el problema está en la mente de las personas, que debe ser tratada antes de que cometan actos tan aberrantes contra inocentes niños o que se atente contra la propia vida.
Omar Beltrán Jibaja, miembro del Consejo Directivo Regional III Arequipa – Moquegua del Colegio de Psicólogos, recordó que la violencia sexual infantil ha pasado por muchas etapas históricas, desde cuando los niños no eran personas sujetas a derecho y después, cuando eran bautizados “y se convertían en hijos de Dios y humanos buenos”.
Agrega que la prevención del abuso sexual se ha ido trabajando desde hace mucho tiempo, enseñando a los menores a la autoprotección, a querer su cuerpo, a reconocer cuáles son los cariños adecuados e inadecuados, las estrategias para enfrentar y a reconocer aproximaciones abusivas; a decir no a cualquier intento de abuso sexual, a buscar ayuda y reportar lo ocurrido
Asegura y de acuerdo a las estadísticas, el abuso sexual mayormente se da en el marco de relaciones de afecto o cercanía; es decir dentro del ámbito de la familia, como es el caso del propio padre, del padrastro, del tío, o de los primos; pero también en el marco de la asimetría de poder, en quien tiene algo de autoridad sobre el menor, mediante el cual el abusador impone la ley del silencio de la víctima, usando maniobras coercitivas o amenazas para que la víctima calle o no denuncie.
“Debemos preocuparnos porque en nuestra comunidad o grupo cercano existan prácticas relacionales que permitan detectar la existencia de abusos sexuales, debiendo intervenir a nivel individual, entorno social, en las escuelas, trabajo, iglesia, comisarías, sistema de salud, sistema judicial” entre otros, señala Beltrán Jibaja, profesional con más de 20 años de trabajo en violencia familiar.
Indica que los hogares totalitarios generan un ambiente propicio para la génesis y mantención del abuso sexual. Se tiene que fomentar el respeto en lugar del sometimiento; permitir la crítica, el cuestionamiento y el discernir antes que la sumisión; entender que la obediencia está al servicio de la convivencia y jamás la obediencia como un fin en sí mismo; promover el crecimiento y el volar con las propias alas, antes que inhibir el crecimiento de la persona.
Dijo que es muy importante que el niño o el adolescente tenga criterio propio, que sepa discernir entre lo bueno y los malo, entre lo permitido y lo que no lo es y en eso juegan un papel muy importante los padres de familia.
“Pero la prevención del abuso es compleja y por lo tanto, no puede recaer todo en los hombros de los niños, las enseñanzas sobre el autocuidado debe ser dadas con mucha pertinencia, porque de ocurrir un ataque sexual, los niños podrían asumir que fue su culpa, por no haberse cuidado lo suficiente”, añadió Beltrán Jibaja.
Mientras tanto, Gino Ríos Patio, director del Instituto de Investigación Jurídica de la Universidad San Martín de Porres, sostuvo que desde un enfoque criminológico la única manera de frenar la criminalidad en general, es con la prevención, sobre todo los crímenes de violencia sexual infantil, tan dramáticos y dolorosos cuando le toca a alguien cercano a la familia. Además cuando en la propia Constitución dispone que la comunidad y el Estado protegen al niño y al adolescente.
Las causas de la criminalidad en general, tienen que ver con las estructuras culturales, sociales, políticas y económicas, dijo el especialista en Derecho, quien agrega que el comportamiento de cada individuo tiene factores de riesgo como son los aspectos biológicos y en general de la historia de cada quien, como el sexo, la edad, educación, ingresos, discapacidad, desarrollo cerebral y cognitivo, trastornos sicológicos, consumo nocivo de alcohol, abuso de drogas, antecedentes de agresión y maltrato, entre otros.
Pero también asegura que hay otros factores criminógenos como las relaciones interpersonales, sobre todo en aquellas que son muy cercanas o estrechas y en este plano hay que advertir la carencia de vínculos afectivos, las prácticas de crianza deficientes, la disfunción familiar, la asociación con pares infractores o el haber sido testigo durante la niñez de violencia intrafamiliar. Hay también factores como la pobreza, la alta densidad de población, la riqueza, las poblaciones de paso, la baja cohesión social, los entornos físicos peligrosos o los altos índices de delincuencia, entre otros, manifestó el doctor Ríos Patio.
Según el Programa Aurora del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, entre enero y octubre de 2021, más de 11 mil 900 casos de violencia sexual en menores fueron reportados. Dentro de esta categoría está el acoso, tocamientos indebidos y violaciones, más de la mitad, o sea 67% correspondió a violencia sexual infantil. En enero y febrero del presente año se incrementaron las denuncias a 112 casos.
“Así se apruebe la castración química, no va a contribuir a la reducción de este tipo de criminalidad porque la punición no disuade, no contramotiva y no redime la conducta criminal, naturalmente la punición resocializa, reeduca o rehabilita; la pena para este tipo de delito de violación sexual de menores de hasta 14 años es la cadena perpetua y en caso de víctimas de 15 a 18 años la cárcel es de 6 a 9 años”, explicó el doctor en Educación.
El que se haya aprobado la castración química no va a tener mayores consecuencias, sino disminuir la actividad sexual, lo único que se consigue es sofocar temporalmente la conducta sexual de los agresores.
“Si ya hay cadena perpetua sin beneficios, qué objeto tendría la castración química, al margen de las implicancias con los derechos humanos o el derecho a la integridad personal física en la cual nadie puede intervenir sin el consentimiento de la persona. Por eso hay que buscar soluciones eficaces para reducir la criminalidad y controlarla para que no exceda el límite tolerable para la convivencia pacífica y el orden social”, sugirió.
Finalmente Giovanni Ricalde de Villena, coordinador de la Escuela de Derecho de la Universidad San Martín de Porres, sostuvo que el abuso sexual en menores es una problemática alarmante que atañe a todos los países del mundo, pero que es necesario investigar más a fondo el tema.
Hay que tener claro dijo, que todo niño puede ser víctima de abuso sexual independientemente de su género, físico, trasfondo socioeconómico, familiar y demás, al igual que cualquier persona puede ser el perpetrador de este delito.
Señala que la doctrina define al abuso sexual como la utilización de un niño o niña por un adulto para la satisfacción sexual de sí mismo o de otros, este acto violento puede ser de contacto físico, puede ser besar, tocar, acariciar o penetrar, también puede ser sin contacto físico; es decir, realizar comentarios obscenos, exposición de material pornográfico, lo cual también constituye abuso sexual infantil.
Respecto a la castración química, solo es un término para describir los medicamentos que van a reducir el libido de la actividad sexual del violador o de un pederasta y de otros delincuentes para evitar que reincidan en el delito, pero ¿qué eficacia tendría si la persona está condenada a cadena perpetua y está aislado de la sociedad’; pero también dijo que la aplicación de estos fármacos por sí solos no garantizan la efectividad, tienen que ir acompañados de un tratamiento psicológico.
Hace varias décadas la castración química se aplica como un castigo contra los abusadores de menores en Estados Unidos, Polonia, Rusia, Indonesia y otros países en los que también es voluntaria como en el Reino Unido, Australia y Argentina; respecto a América Latina, por ejemplo en el Perú el año 2018 ya hubo antecedente de que el Poder Legislativo aprobó por unanimidad una ley para aplicarla, pero al igual que ahora la Junta de Portavoces y la Comisión Permanente del Congreso la retiró porque no la consideraba efectiva.