Escasez de los fertilizantes y su impacto en la economía familiar
— Redacción Diario El Pueblo —
Al año, el Perú importa entre 300 mil y 400 mil toneladas de urea. Los primeros cuatro meses del año, se importa la tercera parte del total. Sin embargo, al cierre de abril no se alcanza el 50% de lo que deberíamos importar, advierte un especialista. Cada vez son más quienes alertan que se avecina una crisis alimentaria en el país.
¿Se viene una crisis alimentaria?
Alrededor de todo el mundo se viene discutiendo sobre cómo mitigar el golpe duro a la economía que ha provocado la guerra entre Rusia y Ucrania, especialmente para la población más vulnerable. El conflicto entre estas dos naciones ha generado el encarecimiento de los combustibles y la escasez de fertilizantes en el mundo. Perú no es ajeno a esta realidad. Expertos consultados para este informe señalan que hay una alta probabilidad de que haya una crisis alimentaria en el país.
No solo organismos multilaterales han alertado de la crisis alimentaria, el fabricante noruego de fertilizantes Yara International también habla del impacto «dramático» de la guerra en Ucrania.
«El impacto de la guerra sobre la seguridad alimentaria mundial será dramático», declaró el director general de Yara, Svein Tore Holsether.
Para entender el problema en el campo en su total dimensión, el presidente de la Convención Nacional del Agro Peruano (Conveagro), Clímaco Cárdenas, recuerda que los alimentos que consumimos en las grandes ciudades preceden a un periodo de producción donde el fertilizante, especialmente la urea, es fundamental.
“Los alimentos no se producen en los supermercados ni en los mercados. El periodo vegetativo de la planta que consumimos tiene tiempos diferentes, entre tres o cuatro meses para producirse. La semilla que se siembra en tierra tiene que alimentarse. El alimento de los productos, como la papa, hortalizas, legumbres, arroz, es el fertilizante. Al no recibir ese fertilizante en la cantidad necesaria, la productividad de la cosecha es menor. Podríamos tener un rendimiento por debajo del 30% o 40%. El día de la cosecha, tu arroz, tu producción será la misma. Entonces, tienes mayor costo de producción y menor oferta y se genera la crisis económica en la agricultura. Luego, vas al siguiente eslabón: no vas a salir al mercado nacional con la cantidad necesaria de alimentos. Menor oferta, mayor precio. Ese mayor precio va a perjudicar a la población más vulnerable. Esa es la realidad objetiva”, dijo Cárdenas.
LA UREA
Entre la gama de fertilizantes, hay uno que es el más demandado: la urea. El economista del Centro Peruano de Estudios Sociales (CEPES) Miguel Pintado explicó que la urea permite un proceso de absorción química más fuerte. “La urea está pensada para que se absorba rápidamente por la planta. Usted pone urea en el cultivo y automáticamente ya está entrando ese fertilizante y se ve el rendimiento. En los demás abonos orgánicos, el proceso de absorción es muy lento”, dijo.
Adicionalmente, Pintado indicó que la urea al convertirse en el fertilizante más difundido en la agricultura mundial mantenía un precio bajo, a comparación de otros abonos. Sin embargo, eso fue hasta que aconteció la guerra. “El problema viene por el volumen. Los gobiernos que producen ya están restringiendo sus exportaciones para que sus propias economías agrarias estén abastecidas”, indicó.
Eduardo Zegarra, exjefe de gabinete de asesores del Ministerio de Desarrollo Agrario e investigador de Grade, detalló el incremento que se ha dado en los últimos meses. “A principios de agosto del año pasado, encontramos la subida del precio de fertilizantes. La urea había duplicado su precio, respecto a la campaña anterior. De 70 soles había subido a 140 soles. […] En noviembre, el precio del fertilizante siguió subiendo y llegó a triplicarse a nivel del mercado internacional. En el Perú, la bolsa de urea empezó a llegar a 220 soles por saco”, dijo. (RPP).
Al año, el Perú importa entre 300 mil y 400 mil toneladas de urea, el 70% proviene de Rusia, mientras que el 30% restante viene de China y otros países.