Masificando el gas natural, dilapidando el FISE
Por: César Gutiérrez – El Montonero

El gobierno ha hecho suya la letanía de la masificación del gas natural (GN) para abaratar el costo de la energía en los hogares, que hoy utilizan mayoritariamente el gas licuado de petróleo (GLP). Este último, a la fecha, tiene un precio al público de entre S/ 50 y S/ 65 por balón de 10 Kg, dependiendo de la región y del distrito.

Es una perogrullada afirmar que a las empresas concesionarias de distribución de GN (por red de ductos), la economía y finanzas de sus negocios dependen de los grandes consumidores, y que para atender a los domicilios se tiene que practicar subsidios cruzados. Son grandes nichos de alto consumo, en orden de prelación de mayor a menor: las termoeléctricas, la industria de uso intensivo de energía (que son unas pocas) y el sector vehicular de servicio público. Cuando hay ausencia de uno o varios de estos sectores, la concesión no es atractiva para invertir y el financiamiento corresponde a los recursos que manejan los gobiernos; desde el año 2012, el FISE (Fondo de Inclusión Social Energética).

El fondo capta sus recursos de cargos a: los consumidores mayoristas de electricidad (más de 250 kilovatios de capacidad), los que usamos el GLP y los que usan GN, que en este caso somos casi todos, porque lo asumimos dentro del costo de la electricidad.

La recaudación anual del FISE es del orden de US$ 180 millones, en el mejor de los casos, los que se usan en su totalidad en cuatro rubros: 1) financiamiento de las conexiones de GN a los domicilios y conversiones de vehículos de gasolina a GN, 2) electrificación de zonas rurales con energías renovables, 3) compensación de la tarifa eléctrica para zonas aisladas, y 4) promoción del GLP en zonas vulnerables. Esto último incluye provisión de cocina y bono de descuento por balón de 10 Kg.

A pesar de que hoy ingresos y egresos prácticamente calzan, de los períodos en los que la recaudación superó al gasto, el FISE cuenta con un patrimonio del orden de US$ 343 millones, que sería el monto que utilizarían para masificar el GN.

Utilizando las cifras de Proinversión en su programa de masificación del gas en siete regiones, el costo de tendido de redes por consumidor es de US$ 1,952. Si se le adiciona el derecho de conexión, el costo de acometida, las instalaciones de interiores y el IGV, la cifra asciende a US$ 2,683. Esto significa que si se usa la totalidad del patrimonio del FISE, se podría atender a tan solo 128,000 domicilios, de un total de 5.4 millones pendientes de atender en zonas urbanas.

Dos interrogantes afloran: ¿cómo se financiarán los domicilios faltantes?, ¿es una manera eficiente de usar los recursos? La única manera de seguir en la tarea masificadora sería incrementar cargos al consumidor, lo que sería un despropósito; y en segundo término, evaluada la inversión a la tasa de descuento utilizada en estos proyectos (12% anual en dólares), y al tipo de cambio de 3.75 soles/dólar, el costo mensual sería de S/ 107, casi el doble del costo de un balón. Es decir, podría regalarse el balón al consumidor y se gastaría la mitad del fondo. A todas luces un despilfarro.

La narrativa de masificación olvida que mientras se predica el uso de energías renovables se promueve el uso de un recurso no renovable, encima con dispendio de recursos obtenidos del consumidor. Es hora de que en el gobierno hagan bien sus cálculos y sean coherentes en el discurso, y revisen con acuciosidad la alternativa de fomentar el uso de cocinas de inducción.

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