El discurso del Presidente
Por: Carlos Meneses
“En resumen se puede decir que, sujeto a confirmación o a corroboración, con respecto a cifras dadas el mensaje omitió hablar del futuro. Eso es lo que está en juego hoy y concretamente de la permanencia de un gobierno al que 120 organizaciones civiles le han pedido convoque a elecciones prontas antes de que su descrédito provoque lo que muchos esperan que otros lo hagan”.
En la noche del 27 y ante la pregunta de 2 estaciones de televisión que contrataron encuesta, 3 de cada 4 peruanos dijeron que esperaban poco o nada del mensaje que el 28 pronunciaría ante el Congreso el presidente Castillo. Pudieron haber dicho también que no habría gran sorpresa, anunciada hace un mes por el jefe del Estado, cosa que también resultó cierta y mucho menos, pensaron los oyentes de la homilía que el arzobispo de Lima, Carlos Castillo llamaría la atención del propio presidente y de su esposa Lilia sobre el tema de la corrupción.
Para quienes se sintieron decepcionados, y entre los que nos contamos, es bueno saber que el párrafo final del discurso de casi dos horas que ofreció el mandatario y que no pudo leer por la iracunda reacción de la oposición fujimorista, incluía una invitación a los prófugos Silva y Vásquez Castillo de entregarse a la justicia.
El presidente, deliberadamente, no quiso tocar el asunto y así su mensaje resultó un recuento de lo que dice haber hecho, pero debiera contener también lo que se proponía hacer entre este 28 de julio y el mismo día del próximo año.
Hubo otras ausencias como la falta de referencia a la descentralización y de la obra pública importante para las regiones. En el caso de Arequipa, la única mención en las 86 páginas de los dos tomos que entregó empastados a la presidenta del Congreso solo hubo un dato referido a nuestra tierra con respecto a Majes y en el solo dijo que se hará, felizmente no atribuyó a su régimen el haber sido firmante de la adenda 13 que lo permite.
Fue un mensaje que ignoró los problemas que sí tenemos los peruanos y que el gobierno se empeña en desconocer su existencia que no hay empleo, es verdad, que hay obras trabadas también, que los gastos presupuestales tienen que ser cotejados con realidades. Finalmente otra gran ausencia es la solución del problema de un gobierno debilitado hasta en sus raíces.
Fueron 2 horas de un hablar apresurado, solo interrumpido por los aplausos de los parlamentarios de Perú Libre y compañía, mientras uno a uno se fueron yendo los congresistas de oposición no sin dejar mensajes de constancia de su malestar por lo que faltaba en decir y por la ignorancia deliberada de los temas que son de actualidad.