Por: Carlos Meneses

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“No queremos sorpresas sobre Majes y una postergación cualquiera que sea la causa aducida daña el progreso regional”.

En el discurso que pronunció el presidente de la República, el 28, y en la única mención que hizo que hizo sobre Arequipa insinuó que el contrato de Majes II fue recolocado en realidades con el apoyo de su régimen.

En respeto a la verdad histórica debemos decir que esto es solo parcialmente cierto, pues quien cumplió la tarea de destrabar Majes fue el presidente temporal, Martín Vizcarra que vino a Arequipa con su ministro de Agricultura, habló con el entonces gobernador regional, Elmer Cáceres Llica y se comprometió a apoyar la adenda 13.

Después el cumplimiento de tal compromiso fue de quien lo sigue en la Presidencia de la República y afortunadamente para todos el viceministro de Economía fue quien puso “pistola al pecho” a la gobernadora Kimmerlee Gutiérrez para que suscribiera el documento hace relativamente solo días.

Debemos reconocer que esa es la verdad, como que también se debe precisar que en lo que refiere a dicha adenda hubo decisión favorable del presidente del Consejo Regional, José Luis Hancco.

Ahora tenemos razones para tener algún contratiempo en lo ya decidido, por la debilidad que se observa en poner las cosas en su sitio a propósito de las demandas que sigue haciendo el Frente de Defensa de Caylloma con respecto al proyecto, a la tecnología que se ofrece utilizar y a la dimensión de las parcelas en venta.

Es mejor confrontar realidades y hablar sobre ellas por adelantado antes de que algún inesperado gesto pueda postergar lo que es esperado por todos. Majes II no puede ni debe detenerse porque con ello también garantizamos el abastecimiento eléctrico de la región mediante las centrales de Lluta y Lluclla, que por lo menos en un caso está avanzado, y pueda concertarse simultáneamente con la represa de Angostura.