Las calles y la política
Por: Carlos Meneses
“Los peruanos debemos y podemos dialogar para encontrar soluciones y salidas constitucionales u ordenadas. No parece haber tenido repercusión válida la propuesta de adelantar elecciones y en todo caso no se ha encontrado la fórmula de hacerlas efectivas y pacíficas”.
Al parecer los políticos no encuentran el escenario para que los problemas que interesan a la mayoría de peruanos puedan ser discutidos en la procura de solución de lo que nos preocupa en asuntos de gobierno, de crisis económica, de pandemia y de futuro.
Muchos habíamos creído en que el lugar ideal para buscar soluciones era el Congreso de la República pues allí están representados los grupos que tienen mayor presencia en la vida nacional y donde se expresan, también, las opiniones más significativas de instituciones representativas.
Pero la desaprobación ciudadana, que traducen las encuestas de opinión a las que otros niegan valor, no son aceptadas o son ignoradas por el Ejecutivo y el parlamento que han puesto al margen de toda consideración lo que pudo ser otro lugar de entendimiento como el Consejo de Estado.
Así que no han faltado voces que ahora están recurriendo a que un pronunciamiento en las calles obligue a los políticos a tomar precisiones tan trascendentes como las que determinaron que el régimen de Merino y antes de Vizcarra, fueran renovados por manifestaciones populares.
El riesgo de usar las calles para resolver de esta manera los problemas del país es que nadie puede predecir el alcance de los desbordes que pueden producirse y terminen en una violencia indeseable.
No es de países civilizados y ordenados el que esta sea la mejor manera de confrontar los problemas que tenemos y que son comunes a otras naciones americanas y más específicamente de América del Sur que han pagado precios muy altos por el inadecuado manejo de las masas ciudadanas. Si queremos citar ejemplos hablaremos de Chile, Ecuador, Colombia, Bolivia, Venezuela y ahora amenaza en Argentina y Brasil.