Universidades: la batalla será en el campo de la innovación
Por: Rubén Quiroz Ávila

Si rastreamos las patentes totales aceptadas –tanto patentes de invención como las de los modelos de aplicación–, desde 1990 hasta el 2021, es decir, las que pasaron todos los filtros, la que lidera es la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), a tal punto que duplica a su inmediato seguidor, que es la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) y, sorprendentemente, en un expectante tercer puesto está la Universidad Privada del Norte (UPN), muy cerca y si sigue a esa velocidad, pronto superará a la PUCP, aunque no pondrá en peligro a corto plazo el liderato amplísimo que todavía tiene la UNI.

Ahora, si separamos las patentes por modelos de utilidad y patentes de invención, tenemos con mayor precisión cómo se está librando esta batalla por la hegemonía. Este terceto tiene un cambio de posición cuando se trata de los modelos de utilidad ya registrados en 1990-2021: la UNI mantiene el primer lugar, con un amplio margen, pero esta vez la UPN pasa al segundo puesto con una considerable ventaja sobre su inmediato competidor, que es la PUCP. Esto nos hace ver a las universidades de otra manera.

Cada una de estas universidades tiene diferencias en los fondos que las financian. Sabemos que la UNI es una antigua universidad pública y es evidente el inmenso prestigio de sus carreras de ingeniería, comparte la tríada superior con una universidad asociativa como la PUCP, también de raigambre histórica de más de un siglo y, comparativamente, con una universidad más bien reciente como la UPN, lo cual nos da una señal clarísima de que no es la antigüedad el factor principal para tener una posición privilegiada, sino la política institucional universitaria que determina estratégicamente el rumbo en la colocación de patentes.

Sin embargo, en cuanto a las patentes de invención aceptadas en 1990-2021, la hegemonía es de la PUCP, seguida por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) y la UNI. En todos los casos, las patentes totales de las universidades superan inmensamente a las patentes solicitadas por empresas peruanas, lo cual confirma que los centros naturales de producción de conocimiento son las universidades.

Por lo tanto, la protección de la invención o de su utilidad asegura los créditos de los creadores y premia la capacidad inventiva. En estos casos hay una evidente apuesta estratégica por vincular la investigación con fondos que deben incrementarse cada año buscando resultados que tengan certificación gubernamental y la posibilidad de su comercialización. Esto nos da señales del próximo rumbo de las instituciones más inteligentes que tengan claro que la batalla real por la hegemonía va a darse en el campo de la innovación y sus modelos de aplicación. Las patentes son una demostración real, concreta, imprescindible, del conocimiento, y debería ser uno de los principales medidores en los rankings universitarios.

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