Tiempo en casa
Por: Pedro Rodríguez Chirinos
Recuerdo a mis ex compañeros cuando estudiábamos Música.
Los recuerdo a todos perdidamente enamorados de ella, de sus herméticos misterios y sus palpables encantos, intentando atrapar tercamente algún canto angelical o algún acorde de ultratumba.
No recuerdo a ninguno preocupado aún por el dinero, la fama, los puestos laborales, las fanpage, las stories, la industria o el videoclip. Nada era neg-ocio, todo era simplemente ocio, del bueno. Tan solo monasterio de sonidos, contagiados quizá por aquella “enfermedad deslumbrante” de la que hablaba el viejo Eielson.
En esos tiempos me sentía en casa.