Por: Carlos Meneses

“La declaración de un inculpado no confirma inocencia o culpabilidad y la mejor colaboración para encontrar verdad es responder el interrogatorio de los fiscales”.

Reconociendo el derecho que le asiste para guardar silencio ante fiscales y jueces a un presunto responsable de delito, no creemos que la mejor colaboración que el presidente Castillo pueda prestar a los fiscales que lo interroguen sobre presuntas faltas graves sea guardar silencio por recomendaciones de sus asistentes técnico-legales.

El jefe de Estado debe dar ejemplo de colaboración para los investigadores de esclarecer hechos diciendo todo lo que sabe, pues con la verdad no se ofende ni se teme sino que se contribuye a conseguir el objetivo de quienes realizan indagaciones para alcanzar el conocimiento de verdades.

No es colaboración eficaz hacer una declaración de inocencia solamente, sino que resulta menester entrar a los detalles para conseguir lo que quieren todos que se produzca como es, llegar a la verdad.

El presidente tiene una actitud de proclamar su inocencia, pero debe permitir corroborar su afirmación y no limitarse a un decir que no es absolución ni respuesta.

Las acusaciones que se han hecho contra él son consecuencia de una presunta organización criminal de la que conformarían parte miembros del gabinete ministerial y la propia familia del jefe de Estado. Por lo tanto, la respuesta no puede ser una declaración de inocencia si no está respaldada por la contestación de las preguntas indispensables para llegar a conclusiones que confirmen las afirmaciones del inculpado.

Que el recurso es permitido por la ley, es verdad, pero no habría mejor forma de demostrarlo que respondiendo al interrogatorio que hagan los fiscales.