Princesa inca, orgullo peruano
Por: Julián Palacín Gutiérrez
Yma Súmac era admirada por su voz. Alcanzaba sin esfuerzo las cinco octavas musicales, raro en una soprano como ella, cuyo registro vocal fue considerado único en el mundo, muy superior incluso a los de los castrati en la antigüedad.
Zoila Augusta Emperatriz Chávarri habría cumplido mañana 100 años. Esta “princesa inca” nació el 13 de setiembre de 1922, en Ichocán, distrito de la región Cajamarca. Su prestigiosa y arrebatadora presencia en los escenarios norteamericanos la llevó a ser la única peruana en inscribir su nombre en el Paseo de la Fama de Hollywood.
Decía ser ñusta, princesa de la realeza inca y descendiente de Atahualpa. Por ello escoge dos palabras quechuas para darse nombre, vivir y sentirse identificada con su pasado: ima sumaq (qué linda), que en el mundo artístico se convirtieron un verdadero signo distintivo: Yma Súmac.
Fue la primera cantante femenina latinoamericana en ser parte de un teatro musical en Broadway, en los años 50, y brilló en Europa tras su célebre gira por la otrora Unión Soviética. Con su voz imitaba el canto de los pájaros.
Con relación a sus éxitos musicales, es la cantante peruana con más de 40 millones de discos vendidos en el mundo. Yma Súmac fue también cercana a la actuación, es una de las primeras artistas femeninas en actuar en Broadway. En los años 50, mezcló la música folclórica con el jazz, el mambo y el rock.
La soprano más aguda que tuvo el mundo apagó su voz el 1° de noviembre del 2008, después de una intensa lucha contra el cáncer. Su obra, figura y talento siguen vigentes aún en muchos lugares del mundo.
En ese contexto, debemos manifestar que la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) señala que la continuidad de la música depende del derecho de autor y de los derechos afines o conexos a este.
Gracias a la protección que brinda el derecho de autor, los autores y compositores pueden beneficiarse de su creatividad; los artistas de sus interpretaciones, y los productores fonográficos de su importante labor vinculada con la grabación, generándose, en suma, un círculo virtuoso que promueve la creatividad, la labor artística, las inversiones y más fuentes de empleo.
El Indecopi realiza constantes esfuerzos por formar una cultura de respeto a la propiedad intelectual mediante campañas de sensibilización y de lucha contra la piratería musical, la que hoy ha migrado a un entorno más dinámico y cambiante como es el digital. Esto representa un reto para el Indecopi, que seguirá velando por hacer respetar el derecho de autor en beneficio de todos los actores involucrados, en este caso, de la industria musical peruana.