Por: Roxana Ortiz A.

Desde hace varios años, se viene promocionando actividades recreativas en la represa San José de Uzuña, como paseos en lancha para las familias que deseen pasar un día lejos de la ciudad; el problema es que esta gran laguna no fue creada precisamente para actividades de recreación, sino con la finalidad de otorgar agua para cientos de pobladores e irrigar terrenos de cultivo de la zona sur oriental de la ciudad.

Está ubicada en el distrito de Polobaya, entre los cerros Yanaorco y Paltaorco y si bien se ha convertido en un atractivo turístico, del cual usufructúa la comunidad campesina sin rendir cuentas a nadie; fue construida en la gestión del ex presidente Juan Manuel Guillén con una inversión de 22 millones de soles para almacenar 10 millones de metros cúbicos de agua, pero con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los pobladores de distritos aledaños.

“No es que estemos en contra de la actividad turística, pero no es posible que una obra que le costó a toda Arequipa 22 millones no cumpla con los objetivos y fines para la que fue ejecutada, el dar agua para el uso doméstico de cientos de pobladores y mejorar los cultivos de toda esta zona que siembra solo cuando hay agua de lluvia”, justificó el consejero Elmer Pinto.

Por este motivo, la Comisión de Agricultura, presidida por Pinto y a través del Consejo Regional, se aprobó una Ordenanza mediante la cual se buscará expropiar los terrenos en donde está construida la presa, de tal manera que se pueda administrar mejor estos recursos.

Desde que se llenó la presa, se tuvo problemas para abrir las compuertas, hecho que fue aprovechado por los comuneros para hacer un criadero de truchas y también para generar el turismo a la zona, actividades con las que aseguran no están en desacuerdo; pero que muy bien podrían combinarse también con el propósito original, que hace más de 10 años no se puede cumplir.

Los distritos de Polobaya, Yarabamba, Quequeña y Socabaya tienen muchas hectáreas de terrenos que no pueden ser cultivadas en toda su extensión, debido precisamente a la falta de agua por el sector y esa fue la justificación para que el Instituto Nacional de Desarrollo y la Autoridad Autónoma de Majes, hicieran los estudios para hacer realidad este proyecto en la gestión de Daniel Vera Ballón, pero que se concretó con Guillén Benavides.

Año a año, con el agua de lluvia y los aportes de los ríos Totorani y Uzuña, que forman el río Socabaya, se almacena agua en esta presa sin mayor utilidad y beneficio que generar ingresos para unos cuantos comuneros; por lo que se ha decidido la expropiación de los terrenos y darle su verdadera utilidad.