Cuidemos los corazones
Por: Cristian Csendes

En el Perú, las enfermedades cardiovasculares representan una de las principales cargas presupuestales y de recurso humano para el sistema de salud, además de ser la segunda causa de mortalidad en personas de uno y otro sexo.

De acuerdo con las últimas estadísticas, alrededor de 6,000 personas mueren cada año debido a un infarto agudo al miocardio y 40,000 debutan con enfermedades cardiovasculares.

Esto sucede debido a que además de la falta de diagnóstico y tratamiento oportunos o el envejecimiento prematuro de la población, gran parte ha adoptado un estilo de vida poco saludable, que incluye el consumo excesivo de grasas, azúcares, tabaco y alcohol, además del sedentarismo y los altos niveles de estrés que aumentan el riesgo de desarrollar condiciones crónicas, tales como hipertensión arterial, sobrepeso, colesterol elevado y diabetes.

Ante la problemática que generan las enfermedades cardiovasculares en el país, existen tecnologías médicas que brindan soluciones innovadoras y eficientes que prolongan la vida de los pacientes y les permite alcanzar una calidad de vida esperada. Ello gracias a que logran restaurar el suministro de sangre al corazón, impedir el crecimiento de los coágulos sanguíneos e incluso reparar arterias dañadas.

Si bien este tipo de tecnología existe en el país, es necesario mejorar el diagnóstico primario y la derivación a centros de mayor complejidad para atender los casos de infarto. Además, es esencial continuar aportando en la educación de todo el personal de salud, a fin de que tanto la atención inicial como la derivación sean adecuadas y oportunas.

Otro tema que destacar en el marco del Día Mundial del Corazón, que se conmemora hoy, es la necesidad de seguir trabajando con las autoridades, las sociedades médicas, las agrupaciones de pacientes y todos aquellos que conforman el sistema de salud para explorar métodos que permitan ampliar el acceso a terapias de alta calidad para todos los peruanos.

Asimismo, es prioritario continuar impulsando campañas de educación y concientización dirigidas principalmente a las personas mayores de 40 años, pues está demostrado que mantener un estilo de vida saludable y evitar los casos de estrés crónico reducen drásticamente las dolencias del corazón. Estas intervenciones deben ir acompañadas de los chequeos médicos preventivos, no solo de este órgano, sino también de exámenes que incluyan la toma de presión y la medición de los niveles de glucosa, colesterol y triglicéridos, entre otros.

Cada uno de nosotros cumple un papel importante para evitar el incremento en la tasa de mortalidad de los problemas del corazón; desde el papel que nos corresponda, debemos continuar trabajando para que los males del corazón sean causados solo por un desamor y no por una enfermedad.

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