Habrá segunda vuela en Brasil: Lula gana por mínima diferencia
— Redacción Diario El Pueblo —

El candidato de izquierda obtiene el 45,4% de los votos frente al 44% del presidente con el 94% del escrutinio. La aspirante Simone Tebet, con el 4,3% de los apoyos, es la sorpresa de la jornada.

Con el 94% del voto escrutado, el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva aventaja por más de puntos al actual mandatario, Jair Bolsonaro. El político ultraderechista ha desafiado todos los sondeos y ha mantenido durante horas una ventaja consistente sobre su adversario, hasta que el dirigente izquierdista ha logrado empatar y lograr casi tres puntos de margen. Este resultado permitiría a ambos candidatos pasar a segunda vuelta. Las mesas de votación han registrado largas colas durante todo el día, y se ha pedido a los electores que no desistan: todos los votantes que estén en la fila a partir de la hora de cierre, las 17.00 de Brasilia, han podido votar.

Bolsonaro busca la reelección y Lula da Silva, que gobernó el país entre 2003 y 2011, aspira regresar al poder. El actual mandatario puso en duda durante la campaña la seguridad de las urnas electrónicas y agitó la amenaza de un fraude que lo perjudique. “Con elecciones limpias que gane el mejor, sin ningún problema” dijo. Su rival, Lula da Silva, votó en São Bernardo do Campo, en las afueras de São Paulo, el distrito industrial donde nació a la vida política. El expresidente llamó a terminar con el odio: “Los bolsonaristas más fanáticos tendrán que adecuarse a la mayoría de la sociedad”.

LULA:UNA RESURRECCIÓN

El primer obrero que llegó a la presidencia de Brasil, sacó a millones de la pobreza y estuvo 20 meses en la cárcel acaricia un tercer mandato a los 76 años en las elecciones de ayer.

Pocas personas han viajado tanto por el mundo y han visto tan poco fuera de hoteles, palacios y despachos como Luiz Inácio Lula da Silva (76 años, Garanhuns, Pernambuco). Era ya expresidente de Brasil cuando, en un viaje oficial a India, no se reservó ni un instante fuera de la agenda oficial, ni siquiera para hacer una breve escapada y visitar uno de los monumentos más bellos del mundo. “En los últimos años, Lula no ha hecho otra cosa que política. No aprovecha ningún viaje para ver nada. En la India no vio ni el Taj Mahal. Se quedó en el hotel recibiendo políticos”, revela al teléfono su biógrafo y amigo Fernando Morais, que sigue sus pasos desde hace una década.

BOLSONARO: DESTRUCCIÓN COMO ESTRATEGIA.

Antes de llegar a la presidencia de Brasil en 2018, el actual mandatario fue diputado durante 27 años; su llegada al poder no moderó sus exabruptos, ni su carácter desconfiado, ni su mirada maniquea sobre el mundo.

El evento que probablemente ha marcado de manera más intensa la vida de Jair Messias Bolsonaro ocurrió en 1970 en la pequeña ciudad donde vivía con sus hermanos y sus padres, un dentista sin titular que para ganarse la vida llegó a aventurarse como buscador de oro y un ama de casa a la que le dio tan mal embarazo que quiso bautizarle como Messias porque consideró su nacimiento un milagro. El nombre de pila, Jair, es por un jugador de fútbol.

Bolsonaro era un adolescente de 15 años —y Brasil una dictadura— cuando un gran despliegue militar revolucionó la tediosa rutina de Eldorado, 180 kilómetros al sur de São Paulo. Desembarcó allí un contingente de soldados a la caza de Carlos Lamarca, un capitán desertor que se había unido a los insurgentes, y en su huida se lio a tiros con la policía en la plaza. El desembarco de militares, el corte de calle y registros impresionó a aquel chaval nacido en Glicério (São Paulo). Con el tiempo, entró en el Ejército a regañadientes, salió de la institución por la puerta trasera, desempeñó una larga y mediocre carrera como diputado y, para sorpresa de buena parte de sus compatriotas que lo ignoraron o despreciaron durante años, se convirtió en presidente de la República en 2018.

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