El mito de los sismos en octubre
Por: Hernando Tavera – Presidente Ejecutivo del IGP

El temor que siempre ha mostrado el hombre cuando se habla de sismos viene desde la historia misma de la humanidad y, por ello, existe en la literatura un gran número de creencias y mitos sobre cómo se originan los sismos.

Todas estas creencias parecen tener un fondo religioso debido a que se habla de la furia de Dios por los pecados cometidos. Con estas creencias y mitos llegaron los españoles a poblar América y, por ende, el Perú. Aunque en España los sismos solo ocurren en su extremo sur como parte del Mediterráneo, cuando llegaron los españoles a vivir en nuestro continente sus miedos se incrementaron con el paso de los años y, con ello, que el Perú es un país sísmico por naturaleza.

Lima, siendo la ciudad más poblada desde la llegada de los españoles, ha sido afectada en sus más de 500 años de historia por importantes sismos que ocasionaron destrucción y muerte. El más grande de ellos fue el sismo del 28 de octubre de 1746. Según la historia, después de que la población recorrió la ciudad en procesión llevando una imagen del Señor de los Milagros, los sismos dejaron de ocurrir.

A pesar de haber transcurrido muchas décadas, cada año, cuando nos acercamos a octubre, inmediatamente empezamos a recordar lo que nuestros abuelos nos han venido repitiendo: en Lima, los terremotos suceden en octubre y debemos estar preparados. La verdad es que los terremotos no tienen hora ni año de ocurrencia, simplemente ocurren cuando tienen que ocurrir.

En la costa central del Perú, donde se encuentra la región Lima, los sismos más importantes que han contribuido a esta creencia, además del ocurrido en 1746, son los de 1966 y 1974; sin embargo, olvidamos otros sismos, como el ocurrido en mayo de 1940, de mayor magnitud, que causaron grandes daños en Lima.

Los sismos siempre vuelven en el tiempo por ser parte de la continua evolución del planeta que habitamos. No obstante, si seguimos con la creencia que acontecen en octubre, deberíamos tener ya la costumbre de abandonar la ciudad en setiembre para luego retornar en noviembre, y esto no pasa. Entonces, es una creencia que poco a poco va quedando solo en la memoria de nuestros familiares mayores.

Lo que sí es importante saber es que vivimos en un país altamente sísmico y eso nos asegura que los sismos pueden ocurrir en cualquier momento, quizá con las mismas magnitudes o similares procesos de ruptura, pero con un daño mayor por la sencilla razón que la ciudad de Lima se ha expandido de manera irresponsable, ocupando áreas de alto riesgo por la calidad de sus suelos, a lo que se suma la calidad de las viviendas y la poca cultura de prevención de nuestra población. No olvidemos que los sismos simplemente ocurren cuando deben ocurrir. IGP: ‘Ciencia para protegernos, ciencia para avanzar’.

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