Por: Carlos Meneses

“El alcalde y los regidores de la Municipalidad Provincial deben hacer un compromiso de honor con la ciudadanía para un trabajo conjunto, eficiente y rápido para atender los problemas de la ciudad”.

El fenómeno que comentamos ya se pudo observar cuando Omar Candia fue elegido alcalde provincial de Arequipa, alcanzó a tener ese honor con un porcentaje inferior al 30 % que antes tenían los ciudadanos a los que se confiaba la responsabilidad de dirigir el Municipio Provincial.

El 2 de octubre de este año el ciudadano que tuvo la primera mayoría, apenas sobrepasó el 17 % y han estado muy cerca de él otros 4 postulantes, de forma tal que no han logrado tener sino la tercera parte del electorado hábil lo cual fracciona, siguiendo el estilo que se observa en el Congreso nacional, un cuerpo de colaboradores inmediatos que en el municipio se conocen como regidores que no garantizan que la mayoría de los miembros de la corporación edilicia constituyan una mayoría suficiente para que se pueda tener unidad.

Lo ocurrido es una demostración de la debilidad del sistema político peruano. No nos hace ninguna gracia que esto ocurra en una zona del país donde es necesario el trabajo de conjunto y la unificación de criterios para definir un frente único para priorizarla forma de invertir los recursos disponibles en lo que realmente sea lo más urgente y necesario de atender.

Las discusiones bizantinas como las que se están registrando en el parlamento pueden ser negativas en este aspecto, por eso invocamos a la reflexión y a la conveniencia de buscar unidad al interior de la comuna que no signifique otra cosa que trabajar con eficiencia, con rapidez ante lo que no puede demorarse en ser solucionado.