EL MESTIZO
— Redacción Diario El Pueblo —

La Carrera de ensayista de Zein Zorrilla es menos conocida entre nosotros que sus aportes a la literatura peruana de ficción. En esta oportunidad nos entrega el fruto de su pensamiento crítico durante el último quinquenio, una colección de ensayos sobre el mestizo peruano que empezó a publicar en 2018, en la forma de Breviario, al que han seguido “La guerra con Chile: la lección” de 2020, “Esplendor oligárquico 1895 – 1919” de 2021, “En manos de Leguía” de 2021, “Ni hispano ni indígena: el mestizo de los Andes y su destino” de 2021, y “En el archipiélago de los Andes” editado este año.

Son seis libros de ensayos que intentan rodear, asediar, dos temas esenciales de la peruanidad: el proceso del mestizaje, y su producto, la identidad del mestizo. Se diría que forman un solo tema, pero el abordaje es diferente, en un caso es diacrónico y en el otro sincrónico.

En el primero de los libros “El mestizo de los Andes y su destino”, que es una especie de presentación programática de todo su proyecto, Zein Zorrilla se preocupa por presentarnos los términos de su propuesta, las definiciones que son necesarias para seguir el resto de su exposición. Empieza por decirnos qué son las clases sociales y los sistemas de gobierno que nos vienen desde los griegos: para ello usa la clasificación de Aristóteles. Define Monarquía, Tiranía Absoluta y Tiranía Parlamentaria, que son gobernadas por un solo hombre; y si gobierna un grupo de ciudadanos será el gobierno de los aristoi, de los oligoi o del demos: esto es, de los que gobiernan para el bien común: Aristocracia; los ricos que gobiernan en su propio beneficio: Oligarquía; o bien el raro gobierno democrático de las minorías pobres, aquellas a las que Ranciere llama “la parte sin parte”. Esta sola presentación le permite a Zein poner en claro en el tomo tres que la verdadera naturaleza de casi todos los gobiernos conocidos, es la Oligarquía. Que Basadre llamó graciosamente al período 1895 – 1919 Aristocrático, cuando era nada más que otra Oligarquía. O que Castilla, según afirma Zein en el tomo cinco, puso a la república una vez más en manos de la Oligarquía y no de la democracia. Y a nosotros estas precisiones nos permiten entender que la famosa democracia en la que vivimos no es más que, otra vez, una eterna Oligarquía. El demos, el pueblo llano, siempre es llamado a la revuelta pero siempre es dejado de la lado a la hora de gobernar. Una forma de hacer que vivamos dominados pero en paz consiste, nos dice Zein, en “corromper” el lenguaje, y llamar en todos los medios “democracia” a lo que no es un gobierno del pueblo, ni directo ni representativo. La democracia, diría Ranciere, surge solo como sorpresivo acontecimiento, en el impensado momento en que la parte sin parte decide tomar el mando y representar a todas las demás partes para reordenar un sistema social que se ha tornado inviable.

A continuación, en el Breviario el autor precisa el fundamental rol del territorio en el ordenamiento de las sociedades, tema que en el caso de Perú es importantísimo dadas las grandes diferencias geográficas y culturales que tenemos. Esto le permitirá, en el tomo tres explicarnos el rol de las diferentes regiones tras la guerra con Chile, por ejemplo, y a nosotros nos deja claros los motivos del desarrollo desigual de las economías y las culturas regionales, y la casi imposibilidad de forjarnos un estado – nación centralizado al estilo europeo. Somos, como deja bien claro el autor en el tomo seis, “un archipiélago de naciones”.

En la página 18 presenta Zein una primera aproximación al mestizo, nos dice: “Este mundo andino, que compone la mitad de nuestro ser, recibió la arremetida europea, que trajo la otra mitad para amalgamarla en un solo ser: el mestizo”.

La definición que hasta ahora tenemos de “mestizo” es negativa, lo dice el título del tomo cinco: “Ni hispano ni indígena: el mestizo de los Andes y su destino”. A lo largo de la saga Zein Zorrilla va a intentar salir de esta definición por negación para asignarle un ser propio al mestizo andino, y la hallará no en el pasado, ni siquiera en el presente, sino en el futuro, en lo que sería nuestro país si el mestizo, la clase media, la mayoría de la nación asumiera la tarea de construirnos un futuro mejor.

El paso siguiente en el Breviario consiste en rastrear el proceso del mestizaje a partir de la “arremetida europea”. Los primeros mestizos conocidos son los “mestizos reales” hijos de conquistadores españoles en mujeres nobles incas, como Garcilaso, como Francisca Pizarro, como Martín Cortez llamado El Mestizo, a los que siguieron los historiadores mestizos como Blas Valera y Pedro Gutiérrez, y más tarde Túpac Amaru II, Mateo Pumacahua, Santa Cruz, Gamarra, Castilla y muchos otros. Pero al mismo tiempo, y quizás antes, fueron naciendo los mestizos bastardos de la conquista, los hijos de los palafreneros, de los escuderos, de los muleros, de soldados violadores, que dieron origen a una identidad bastante conflictiva de la que se han ocupado en profundidad el psicoanalista Max Hernández y nuestro historiador César Delgado Díaz del Olmo.

Sobre ellos escribe Zein Zorrilla: “Los mestizos desarrollaron un odio al español, peninsular o criollo, que lo excluía y se colocaba por sobre él; y un odio hacia el indio, cuyos rasgos habían heredado y eran causa de su exclusión. Eran hijos de uniones no matrimoniadas, frutos de la concupiscencia y el pecado, y ahora encarnaciones del rencor y la rebeldía, y aumentaban”.

Me viene aquí a la memoria la lectura de Néstor García Canclini que voy a comparar. Distingue García Canclini entre categorías próximas, que a veces se confunden. Al respecto escribe en una ponencia de un congreso realizado en Colombia el año 2000: “La importante historia de fusiones entre unos y otros requiere la noción de mestizaje, tanto en el sentido biológico —producción de fenotipos a partir de cruzamientos genéticos— como cultural: mezcla de hábitos, creencias, formas de pensamiento europeos con los originarios de las sociedades americanas”, Y añade: “No obstante este concepto es insuficiente para nombrar y explicar las formas más modernas de interculturalidad”.

A lo largo de estos seis tomos que conforman la colección a la que Esteban Quiroz ha llamado con acierto “La saga del bicentenario”, Zein Zorrilla sigue con detalle histórico, muy bien documentado en extensas citas, el desarrollo a lo largo de los siglos del proceso del mestizaje peruano y sus vaivenes, pasando por la Guerra con Chile, la era del esplendor oligárquico, el período de Leguía, los mediados del siglo XX, hasta arribar en el último tomo publicado (son doce los que conforman la investigación completa) con unas agridulces palabras que es necesario citar para concluir: “Este ensayo pretende, finalmente, responder a las interrogantes planteadas en el Breviario, primer volumen de la serie “El mestizo de los Andes y su destino”: ¿Qué somos?, ¿De dónde venimos? ¿Adónde vamos? Somos ciento y una naciones que venimos como tales desde los tiempos prehispánicos, sobreviviendo al tiempo y sus vicisitudes… ¿Adónde nos conduce este modo de ser? Todo indica que, por el camino emprendido vamos hacia el despeñadero donde desaparecieron civilizaciones. Urge replantear el pacto de coexistencia de las naciones del territorio y construir una nueva República a fin de alcanzar la felicidad dentro del archipiélago de naciones que dispuso nuestra geografía”.

Ojalá esa nueva República que propone Zein Zorrilla alcance a la realidad un día cercano.

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