Cementerio La Apacheta será parte de museos de latinoamérica
Por: Roxana Ortiz A.
Desde hace algunos años se está buscando que el antiquísimo cementerio de La Apacheta, sea parte de los Cementerios Museo de Latinoamérica, debido a la riqueza arquitectónica que hay en su interior, donde se puede encontrar verdaderas obras de arte, que en muchos casos han ido desapareciendo.
La actual gestión de la Beneficencia Pública de Arequipa ha decidido seguir impulsando esta iniciativa y colocará desde hoy, en la puerta el llamado “Libro de Oro”, en el cual los visitantes podrán colocar su firma para que se pueda hacerse realidad dicha designación, que permitirá dar a conocer toda la belleza de sus esculturas y datos curiosos que se tienen de quienes descansan en este lugar, dijo la presidenta de la institución, Celina del Carpio.
La Apacheta es el cementerio tradicional más grande de Arequipa, con un área de 130 mil metros cuadrados y con 173 años de creación, albergando a más de 220 mil cuerpos, entre ellos destacados personajes de la historia arequipeña, como la musa del poeta Mariano Melgar: Silvia; el músico Luis Duncker Lavalle, Juan Manuel Polar, Pedro P. Díaz y otros ilustres personajes, cuyas familias levantaron mausoleos con bellas esculturas realizadas por artistas italianos en materiales como el mármol.
Haciendo un recorrido por el lugar, se puede encontrar la tumba del coronel Daniel Gines (1867), que tiene una refinada escultura de mármol firmada por el famoso escultor Rinaldo Rinaldi (1793- 1873). Igualmente se puede apreciar en la tumba de Buenaventura de García Calderón (1876), sin la firma del escultor, una bella escultura representando a un pensativo ángel adolescente.
También en la tumba del coronel José Valcárcel (1878) y de su esposa Felicitas Ureta, firmada por el escultor L. Barchi, hay un ángel de apariencia femenina, que arroja rosas. Una famosa réplica de La Piedad sobre un pedestal de mármol, también se puede apreciar en el mausoleo de la familia Velásquez, a cargo de otro escultor italiano pero anónimo.
La familia Lira, empresarios antiguos dedicados al comercio y a la caña de azúcar, por ejemplo, tienen un singular sepulcro neoegipcio, que se compone de una pirámide de mármol de Carrara cuyo acceso está vigilado por una esfinge y una mujer en trajes faraónicos que señala el nombre de la familia esculpido en la parte superior.
Asimismo, en una zona prácticamente oculta se encuentra el pabellón de los excomulgados hoy llamado cementerio civil, donde se sepultaban a las personas que se suicidaban y de acuerdo a las creencias católicas no eran recibidos por Dios, por lo tanto tenían que estar separadas del resto de difuntos.
En este cementerio también hay un área destinada para los ciudadanos judíos, que se encontraba en estado precario, abandonado; pero en Henry Clayman, un ciudadano de origen judío pero nacido en Gran Bretaña, decidió restaurarlo, a pesar que no tenía ningún pariente en el lugar. Así como este curioso hecho, hay muchos otros, que podrían ser de gran interés para personas que gustan de las historias que surgen precisamente en estos lugares.