Más de 200 personas recibieron almuerzo en Jornada Mundial de los Pobres
Por: Roxana Ortiz A.
La larga fila de personas de modesta condición social y que a diario se observa por calles aledañas al comedor del Arzobispado, esta vez se trasladó al atrio de la Catedral, donde luego de participar en la homilía, recibieron los alimentos, probablemente el único en el día.
Son más de 200 personas las que de lunes a sábado reciben el almuerzo en el comedor Santa Teresa de Calcuta y Sor Ana de los Ángeles de la calle Santa Catalina, pero ayer por la VI Jornada Mundial de los Pobres, convocada por el Papa Francisco, recibieron el agasajo.
El lema de este año es “Jesucristo se hizo pobre por vosotros”, y en la Arquidiócesis se celebró la Misa presidida por Monseñor Javier del Río Alba, Arzobispo de Arequipa en la Basílica Catedral y concluida la Eucaristía, se realizó el reparto de más de 200 almuerzos a comensales del Comedor.
Quienes estuvieron a cargo del reparto, fueron seminaristas; pero se había elaborado una cantidad mayor, también salieron a hacer el reparto por las calles céntricas, almuerzos a personas carenciadas que los domingos saben bajar al centro a solicitar ayuda.
El Pastor en su homilía resaltó que el Papa Francisco sigue insistiendo en que las personas tomen conciencia respecto a las personas que menos tienen, pero también que la misma sociedad y sus gobernantes deben generar las oportunidades para que la economía sea equitativa de tal manera que estas personas no tengan que sufrir carencias.
«Es una oportunidad también para preguntarnos qué estamos haciendo por los que menos tienen. No es cuestión de dar lo que nos sobra sino aquello que nuestro corazón movido por Dios nos dice que debemos dar», manifestó.
Diariamente en el comedor que administra el Arzobispado se reparten más de 200 almuerzos consistentes en una comida, bebida y postre, todo adecuado a las indicaciones nutricionales a igual número de comensales consistentes en adultos mayores, discapacitados y enfermos. Todo lo obtenido para este comedor es a base de donaciones de empresas y personas particulares que generosamente contribuyen a esta obra social de la iglesia.
En las parroquias continúa el programa «Esperanza en la emergencia» el cual se apoya en las Cáritas Parroquiales y Cáritas Diocesana, así como la donación de los mismos fieles para obtener alimentos, vestido y medicinas con los cuales se preparan canastas que los sacerdotes y sus colaboradores reparten a personas que más lo necesitan.