Falta de formación ciudadana en escolares redunda en ausencia de participación democrática
Por: Roxana Ortiz A.

En el último procesos electoral se eligió autoridades que no necesariamente desarrollaron un buen trabajo en sus jurisdicciones, algunos con denuncias por actos de corrupción o por violación, otros obteniendo un puntaje mínimo de votos. “No es que a la gente les guste elegirlos, es la cartelera que hay, no hay más opción”, señala Alicia Ortiz La Torre, docente de Ciencias Sociales.

ESTUDIANTES VIVEN ALEJADOS DE LA REALIDAD EN LA QUE VIVEN

Aunque en las universidades ya se está poniendo empeño en formar a los jóvenes en Ciencias Políticas y Gobierno, en el pregrado no hay ni siquiera algún esfuerzo por que los escolares busquen participar activamente en su comunidad y menos formarse en ciudadanía.

La docente se dio cuenta que en el país no existe un libro dedicado al tema de la formación ciudadana o democracia, que esté dirigido a los estudiantes y que acompañen al docente en ese proceso de enseñanza.

“Se forma en ciudadanía para tener buenos ciudadanos, pero también se debería formar ciudadanos para fortalecer nuestro sistema democrático. La calidad de nuestra democracia demuestra que es una democracia resiliente pero pobre, débil, y según el Latinobarómetro nuestra democracia es defectuosa. Se tienen buenos mecanismos en el proceso electoral, pero no hay una buena política de participación”, asegura la docente.

De acuerdo a un estudio internacional sobre Ciudadanía, en donde se aplicó una encuesta a escolares, el 77% valoraba un sistema autoritario, porque creen que ese sistema traerá orden a la sociedad, no importando si no se respeta las libertades, los derechos humanos; pero que haya orden.

Ahora se explica cómo es que un personaje que estuvo en la cárcel, purgando condena por el asesinato de efectivos policiales, quien promete falsamente la pena de muerte para los corruptos, tenga un gran grupo de seguidores, que seguramente, de llegar a una contienda electoral, como es el caso de Ollanta Humala, obtendría una buena votación, indica.

“Lo que pasa es que los jóvenes no han vivido una dictadura, no se imaginan siquiera cómo es vivir con sus derechos recortados, que te impongan una forma de vida, que no tengas la libertad para expresar tus ideas como ahora lo hacen. Eso es porque en las instituciones nadie les ha explicado realmente cómo es vivir en ese régimen; pero también demuestran que están cansados de vivir en un lugar donde poco se respeta las leyes, donde hay corrupción pero que buscan un cambio”, añadió Alicia Ortiz.

No conocen, agrega, las ventajas o beneficios de vivir en un sistema democrático, solo reconocen a una autoridad por haber hecho alguna obra; pero no comprenden cómo es que han llegado al cargo, cómo funciona el sistema en general. “No se quiere estudiantes que memoricen la cantidad de presidentes que ha tenido el Perú, sino la comprensión holística de lo que sucedió en todo ese tiempo”, señala.

Considera la docente de Ciencias Sociales que adicionalmente a la teoría sobre formación ciudadana que deben recibir los estudiantes, también debe haber una parte práctica. Acudir al Gobierno Regional, a una Municipalidad, estar presente en las sesiones de consejo, conocer las oficinas, saber qué trámites se realizan en cada una de ellas; la Defensoría, el Poder Judicial, el Ministerio Público; pero también permitir su participación en obras sociales; visitar albergues, ollas comunes, llevar ayuda a los más necesitados, practicar el reciclaje, entre otros; para que se involucran en su realidad social y fomenten la cultura de participación.

Un avance son los municipios escolares, donde se realizan elecciones para elegir a sus representantes, pero en la mayoría de casos resultan siendo varones los elegidos. Se escoge al municipio, pero sus compañeros no fiscalizan su trabajo, no exigen cumplimiento de los ofrecimientos, porque además la institución no se lo permite y todo se vuelve un mero procedimiento para cumplir la norma.

Con la cuota de género y la cuota de jóvenes, se tiene una mayor participación de estos grupos en la política; pero prácticamente es por obligación, cuando debería existir una vocación por participar y así se esforzarían por ser los mejores representantes debido a sus cualidades.

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