DE JOSÉ DE LA RIVA AGÜERO A PEDRO CASTILLO
Por: Edgard Norberto “Beto” Lajo Paredes

Repasando nuestra historia republicana, encontramos que en el año 1823 se desempeñó como Presidente de la República José Mariano de la Cruz de la Riva – Agüero y Sánchez Boquete, integrante “de una de las familias más importantes de la élite capitalina” (Presidentes y Gobernantes del Perú Republicano, Municipalidad Metropolitana de Lima, Primera Edición – Diciembre 2020, varios autores, Elizabeth Hernández García autora del escrito inserto “José de la Riva – Agüero y Sánchez Boquete”, pág. 32).

El Perú acababa de proclamar su Independencia de España, eran los inicios de la República, hubo turbulencias políticas, entre la Junta Gubernativa (designado por el Congreso, embrión del Poder Ejecutivo) y el Poder Legislativo, constituido en setiembre de 1822, tan es así, “el Congreso destituyó a Riva – Agüero de la presidencia de la república (23 de junio)” (ob. cit., pág. 34); la autora narra, “Riva – Agüero y una parte del Congreso se encaminaron a la ciudad de Trujillo, donde el mandatario desconoció su destitución, disolvió el Congreso, tomó prisioneros a los congresistas opositores y nombró un Senado en esta ciudad norteña (19 de julio)” (ob. cit., pág. 34). “A Riva-Agüero se le acusó de traidor a la patria” (Elizabeth Hernández, Prólogo de “Memorias de Pruvonena”, Bicentenario 2021, pág. 15). Continúa la Historiadora citada, “Mientras tanto, la parte del Congreso que había quedado en Lima nombró a José Bernardo de Tagle, marqués de Torre Tagle, como nuevo presidente.

El Perú independiente se polarizó. En estas circunstancias se dio el arribo de Bolívar al Callao (1 de septiembre)” (ob. cit., pág. 34). Tales circunstancias accidentadas de la política del año 1823, ¿acaso no son similares al encono del actual Congreso de la República, contra el Poder Ejecutivo, en el presente año 2022? Llevando, a algunos congresistas, a plantear: vacancia del cargo presidencial en contra del presidente Castillo o Acusación Constitucional, de darse esto último, solicitar la suspensión, luego, la destitución presidencial; también fue denunciado por traición a la patria, quedando nulo por el Tribunal Constitucional.

¿Es mera coincidencia histórica o no aprendemos de las lecciones del pasado, pese haber transcurrido 200 años de Independencia? A diferencia de Riva – Agüero, de la aristocracia criolla limeña; Pedro Castillo, es del pueblo: profesor de primaria, rondero, campesino, sindicalista magisterial, provinciano del sector rural del norte del país.

La pugna de Poderes del Estado: En 1823, se dio en plena guerra entre las huestes independentistas y las fuerzas realistas, los españoles dominaban gran parte del país (sierra central y sur), la Independencia del Perú, se declaró en 1821 y se consolidó en 1824. En el presente año 2022, se está dando, en medio de la Pandemia mundial del Coronavirus de la COVID-19. Ni en las crisis, por más graves que sean, nos unimos para afrontarlas. Entre 1821 y 1826, hubo siete gobernantes: José de San Martín; José Bernardo de Tagle y Portocarrero; José de La Mar y Cortázar; José de la Riva – Agüero y Sánchez Boquete; Francisco Valdivieso y Prada; Antonio José de Sucre y Alcalá; y Simón Bolívar Palacios; por destituciones y motines. Tales personajes, fueron muy ilustrados y con muchos recursos.

De 2016 a 2021, hemos tenido cinco Presidentes: Pedro Pablo Kuzcynski Godard; Martín Alberto Vizcarra Cornejo; Manuel Arturo Merino de Lama; Francisco Rafael Sagasti Hochhausler; y José Pedro Castillo Terrones; debido a vacancia y renuncias. Todos los mencionados, excepto el presidente Pedro Castillo, con abundante experiencia en gestión pública y formación universitaria sólida.

¿Son inevitables, las etapas de ingobernabilidad?

¡La culpa es de Santa Rosa de Lima! Según Ricardo Palma, quien en una de sus “Tradiciones Peruanas”, rotulada “Los gobernantes del Perú”, relata: “Un día en que estaba el buen Dios dispuesto a prodigar mercedes, tuvo con Él un coloquio Santa Rosa de Lima”, por lo que le pidió: Señor que Lima tenga buen clima. Concedido. Que el Perú tenga abundante riqueza. Concedido. Que las mujeres de Lima sean bellas. Concedido. Nuestro tradicionista, dice: “Como se ve, la santa se despachaba a su gusto. La pretensión era gorda, y el Señor empezó a ponerse de mal humor”. Continúa: “El Señor hizo un movimiento para retirarse, pero la santa se interpuso: ¡Señor! ¡Señor! ¡Cómo! ¡Qué! ¿Todavía quieres más? Sí, Señor. Dale a mi patria buen gobierno. Aquí amoscado el buen Dios, le volvió la espalda diciendo: ¡Rosita! ¡Rosita! ¿Quieres irte a freír buñuelos? Y cata por qué el Perú anda siempre mal gobernado, que otro gallo nos cantara si la santa hubiera comenzado a pedir por donde concluyó”.

Nuestra Santa Rosa, primero debió pedir “nos de buen gobierno”, ahora la responsabilidad es de los ciudadanos.

Dejanos un comentario

Your email address will not be published. Required fields are marked with *.