Los cambios del gabinete
Por: Carlos Meneses
“El cambio de un gabinete en el que se exige trabajar sin violar normas éticas y legales era reclamado por todos y consecuencia de lo que mal se hizo en el gobierno de Castillo.”
Razón tuvo Dina Boluarte cuando cambió el gabinete luego del intento golpista de Pedro Castillo. Era inevitable y necesario dado el hecho cierto de que prácticamente ninguno de los ministros cumplió su labor al frente de los despachos por los que juramentaron trabajar y que abandonaron por dedicarse, en su mayoría a defender los actos personales del propio presidente.
La señora Boluarte escogió a un grupo de peruanos, mujeres y hombres, que se dedicaron a trabajar en lo que correspondía dejando de lado las acciones de defensa de un polémico régimen que terminó en el descalabro.
Era un gabinete de emergencia, impuesto por las circunstancias y era lógico que poco tiempo después, esto es 2 semanas, hubiera necesidad de reestructurarlo por los muertos registrados en desórdenes y por el intento final, felizmente fracasado, de Castillo para alterar el orden constitucional y que terminó con más de 20 muertos y numerosas pérdidas para todo el país.
Quienes entraron con el primer gabinete de Boluarte fueron mujeres y hombres que hicieron todos los esfuerzos posibles para recuperar lo mal que encontraron los ministerios.
Era lógico de pensar que a la luz de los hechos y también de los deseos colectivos la presidenta de la República tendría la necesidad de realizar cambios que le permitieran una mayor libertad para entenderse con el Congreso y convencer a la gente de las bondades de su administración, así como de respetar el mandato de quienes exigían cambios en el quehacer del Congreso y elecciones adelantadas.