Por: Carlos Meneses

“En la víspera de la fiesta de la paz es de desear que el Perú no vuelva a ser escenario de la violencia y que también termine el conflicto entre Rusia y Ucrania.”

Todo indica que la mayoría de peruanos optarán por asumir un compromiso con la patria para devolver tranquilidad y recuperar el tiempo malgastado, ya que con las vidas perdidas no se puede hacer nada, para superar crisis que casi nos conduce a una guerra civil.

Las actitudes de los grupos que tiene bancada en el Congreso, los pronunciamientos públicos en favor de terminar los enfrentamientos en las calles y en las posiciones así lo revelan para satisfacción general. También las voces que se escuchan de un gobierno diferente, empeñado en evidenciar buenas intenciones y en la actitud firme y solidaria de la Fuerza Armada y la Policía Nacional del Perú en contribuir a la pacificación y el restablecimiento de la normalidad.

Pero no bastan con los decires, sino que son necesarias las acciones que demuestren que no solo hay que hablar sino hay que hacer por realizar, así como asistir económicamente por lo menos a quienes resultaron deudos de los muertos y heridos.

Se ha dicho con frecuencia que el Perú es más grande que sus problemas y todo indica que esta es una nueva demostración de que tal decir tiene fundamento y base suficiente. Por eso alentamos la idea de que ninguna de las malas experiencias superadas pueda volver y que en tal empeño no solo nos ilumine lo sobrenatural, sino que concurran los esfuerzos de toda entidad organizada para conseguir la paz en el Perú y olvidar la tragedia vivida.